Está claro que una victoria siempre es mejor que una derrota o un empate. Esta frase de introducción no es ninguna novedad. Es más, tampoco es que sea algo sorprendente, pero parece que en el Manchester United actualmente cuesta ganar (esto se puede extrapolar hasta la etapa de David Moye). Y es que cuando las necesidades aprietan en el fútbol, cualquier resultado que no suponga sumar tres puntos no es una buena noticia, o al menos no tan buena como un club necesita. En el caso de los red devils las victorias comenzaban a ser un tesoro que se anhelaba (por lo menos en el comienzo de esta temporada), y como ya había dicho Van Gaal, este partido tenia que servir como impulso para empezar a ganar. Era el momento, era el partido. Old Trafford, el Manchester United y ante ellos el QPR, un rival asequible.
El papel de Di María
Cuando el club de Manchester fichó al jugador argentino se presuponía la importancia que iba a tener en el equipo. Es más, Di María por su polivalencia y su desarrollo como futbolista (tanto en la selección argentina como en el Real Madrid) acaba siendo un jugador que está en el punto de mira. Ofrece lo que otros no pueden ofrecer, y junto a su sentido táctico (se puede amoldar a varias posiciones) también sus prestaciones benefician al equipo. Su explosividad, su cambio de ritmo y su velocidad ofrecen un punto de inflexión en los partidos. Y posiblemente en este aspecto su intervención fue fundamental ante el QPR. Di María recorrió la banda izquierda como si fuera suya, sus conducciones fueron un activo importante para su equipo y sus compañeros se aprovecharon de ello. Pero no solo se nutrió de eso el jugador argentino, también ofreció apoyos en el centro del campo, quiso combinar, se movió y ofreció a su equipo clarividencia a la hora de atacar (algo que hacía falta en el club de Manchester). Fue el mejor de su equipo y comenzó a demostrar por qué su fichaje ha sido una inversión. Se estrenó con una falta en la cual la fortuna tuvo un contacto directo con la acción. También dio una asistencia. Di María es dinamismo para el Manchester United. Ofrece soluciones cuando el equipo pasa momentos críticos, ofrece ideas cuando no hay resquicios por los que tomar aire, y ofrece trabajo cuando el equipo se ve apurado ante un rival. Esta vez no hizo falta algunas de estas cosas, pero desde luego que el Manchester United tiene una cara distinta desde la llegada del argentino.
Daley Blind y la contención en el centro del campo
Si hablábamos de polivalencia en Di María, con Daley Blind no nos podemos quedar cortos tampoco. Su Mundial ha sido una exhibición de posiciones, donde por cierto, Van Gaal ha sido su gran valedor al darle total confianza en cada una de ellas en un momento que se preveía crítico para la selección holandesa (y salió bien). Y sabiendo esto, Van Gaal le trajo al equipo de forma exclusiva. Su debut ha sido en el centro del campo, donde presumiblemente ocupará la posición de más habitual en el equipo. Las demás posiciones tienen ciertos jugadores que pueden ocuparlas, pero en el centro del campo el Manchester United sufre un déficit desde hace tiempo. Y para mejorar las prestaciones en esa parte del campo llega Blind, al menos en principio. Ante el QPR fue el centrocampista de contención. Junto a Ander Herrera guardó siempre la espalda de este y los atacantes y ofreció seguridad a su defensa. Además de eso tuvo también importancia en la salida de balón, pues su desplazamiento es bueno. Haciendo bien las coberturas, siendo un buen apoyo y ocupando bien los espacios consiguió ser uno de los destacados de su equipo. Posiblemente su trabajo esté a la sombra, pero desde luego que fue importante en los 90' que disputó su equipo (los mejores desde hace tiempo).
La importancia de los laterales en el equipo
Van Gaal optó por jugar con un 4-4-2 en rombo. Esto supuso que Rafael y Rojo (que debutaba con el Manchester United) fueran los elegidos para jugar como laterales. El brasileño volvía después de estar lesionado y su nivel siempre es una incógnita (incógnita, pero siempre se espera que de un paso más en cuanto a prestaciones), y por el otro lado el argentino debutaba tras haber hecho un Mundial muy bueno. A falta de saber cómo iban a rendir, la apuesta parecía lógica viendo el rival y viendo los jugadores disponibles (teniendo en cuenta que Shaw, en el banquillo, volvía de una lesión y ya había advertido Van Gaal en rueda de prensa que no sería titular). Y las órdenes del técnico holandés parecieron claras. Quiso que sus laterales tuvieran mucha presencia en ataque pero que a la vez no se despreocuparan de la defensa (sobre todo teniendo en cuenta que el QPR se nutriría de los contraataques cada vez que tuvieran el balón, seguramente). A si que la labor de ambos laterales fue importante. Hicieron las bandas largas y se incorporaron bien, aunque rara vez realizaban centros. Su labor fue importante, aunque tuvieron equilibrio entre el ataque y la defensa. Rojo pasó más desapercibido y fue más timorato a la hora de subir (también hay que tener en cuenta que Di María ocupaba muy bien su banda), pero Rafael hizo un partido positivo y esperanzador, de los que hacía tiempo que no se le veían y que apetecía que le saliera.
Rooney, Herrera y Mata
Los tres en discordia. No fueron los mejores pero si destacaron para que su equipo cosechara la primera victoria de la temporada. Van Persie no entra en este grupo por poco, pues la vuelta de su lesión dejo ver las intenciones del holandés pero estuvo un escalón por debajo de estos tres. Rooney volvió a demostrar todo lo que puede dar como jugador. Partió como punta pero bien es sabido que se mueve por todo el campo rival. Baja a recibir, se mueve por las bandas, combina, conduce y busca crear peligro ante sus rivales. Eso hizo ante el QPR, y se puede decir que de buena manera. Dio claridad a los ataques y consiguió cuajar un partido serio. Ander Herrera fue el sostén junto a Blind. Pero además de esto hizo lo que se le pide, organizar al equipo. Su papel en el centro del campo es vital, y rara vez no pasa por el la pelota para crear juego. Con un jugador a sus espaldas además se soltó y llegó en alguna que otra ocasión. Desde luego que pinta bien su papel en el Manchester United, y si cuaja con Blind como pareja de centrocampistas los red devils tendrán mucho ganado para jugar. Por último Mata, del que se esperaba un buen partido. Jugando por detrás de los puntas ofreció dinamismo al equipo. Volvió a demostrar desparpajo, velocidad a la hora de mover el balón, movimientos inteligentes que se le piden en más de una ocasión. Su labor no ha sido mala hasta el momento, pero el sistema le favorecía y eso se notaba. Se movió muy bien por tres cuartos y ofreció llegada, apoyo y claridad. Y eso es lo más destacado del equipo, que tuvo más claridad que nunca.
Es difícil sacar muchas conclusiones, pues personalmente el QPR puede que no sea el rival idóneo para afianzar una idea clara de lo que quiere Van Gaal, de qué sistema va a utilizar, de qué jugadores tomarán protagonismo con él, etc. Queda en el aire saber qué ocurrirá cuando estén al 100% jugadores como Shaw, como Falcao, que debutó y tuvo una ocasión para estrenarse...Aún quedan incógnitas que resolver y que el técnico holandés tendrá que responder. El 4-0 ante el QPR es una victoria reconfortante, importante en lo moral y sobre todo en lo que a fundamentos se refiere. El Manchester United tuvo momentos de buen fútbol, pero es difícil decir si el resultado final tomará el camino que hemos visto ante el QPR (que no es el rival más fiable para sacar muchas conclusiones) o variará en algunos aspectos. Es pronto para decir muchas cosas, pues los verdaderos "exámenes" serán ante los rivales directos, Hasta entonces tienen que dejar trabajar al técnico holandés, darle confianza y esperar con paciencia, una paciencia que tiene que volver como ya ocurrió con los inicios de Sir Alex Ferguson. Hasta entonces, toca ver si es verdad que esta victoria es el impulso que necesitaba el equipo.
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