Se viene viendo un cambio del Arsenal de los últimos 5 años al Arsenal de la pasada y presente temporada. Wenger posiblemente haya dado con una tecla para competir mejor con los rivales grandes, con los que tan mal se le han dado las últimas temporadas, y que tantos quebraderos de cabeza le han dado. Sin llegar a obtener el mejor resultado siempre, ha conseguido al menos dar un paso adelante para que su equipo compita en estos partidos, o al menos intente jugarlos de una manera eficiente sin temor a poder salir vapuleado sin intentar antes plantar cara. Wenger ha sabido que hoy por hoy el Arsenal, para competir ante grandes, tiene que mirar más por el trabajo defensivo, en equipo, que por ese juego vistoso de pases que tantos altibajos ha dejado. Mirar por el sacrificio, la entrega y la ayuda al compañero que por el juego estético y bonito.
Sin poner antecedentes, aunque los haya, y cogiendo como ejemplo el partido que enfrentaba a Manchester City y Arsenal en el Etihad Stadium, con resultado final de 0-2 para los günners, el Arsenal y Wenger reflejaron de forma perfecta su nueva visión de este tipo de partidos. Un Arsenal solidario y ante todo trabajador, proyectando el partido desde un punto de vista más conservador y reflejando en el juego mucha más inteligencia que en otras ocasiones, midiendo mucho más cada acción y valorando bien en cada momento qué beneficia al equipo, tanto en ataque como en defensa.
En este partido Wenger optó por un 1-4-1-4-1 poco habitual. Aunque para esta forma de jugar ante estos rivales también suele optar por el 1-4-3-3, sorprendía la primera formación teniendo en cuenta que no la utilizaba desde hacía bastante tiempo. De esta forma, Wenger buscaba un buen repliegue del equipo a la hora de atacar, y sobre todo a la hora de defender. Teniendo en cuenta estos dos aspectos, y separándolos por distintos tipos de decisiones, Wenger buscó maximizar de la mejor manera posible las acciones en defensa y ataque, queriendo encontrar de esta forma que su equipo pudiera optimizar de la mejor manera posible cada acción. La cosa fue tal que así (aunque en los demás partidos ante rivales grandes utiliza las mismas formas):
Defensa: Aquí se encontró la clave del partido. Wenger hizo que su equipo replegara en cada defensa de una forma abismal, donde cada jugador del Arsenal sobre el campo era una extensión de su compañero. No había posibilidad de defender si no se hacía un esfuerzo por el de al lado. De esta manera, el equipo de Londres achicaba espacios, juntándose mucho en cada ataque del Manchester City y cerrando bien el carril central (por donde posiblemente el equipo de Manchester esconda todo su potencial). Así, empujaron al equipo de Pellegrini a jugar por las bandas, donde el Manchester City buscaba centros laterales sin llegar a crear problemas a la defensa del Arsenal. Y en la defensa es donde comenzaba todo y se empiezan a cimentar estos partidos. Con una línea de 4 bien plantada, los centrocampistas eran extensiones de los cuatro de atrás. Los laterales, ayudados de los centrocampistas, presionaban cada vez que sus rivales subían por banda, y a su vez, los centrocampistas hacían coberutras para realizar ayudas para ganar las acciones defensivas. Estos jugadores eran los encargados de marcar el tiempo a la hora de defender, y a su vez eran una extensión de la defensa. El Arsenal, con la línea más atrasada que habitualmente, esperaba a su rival hasta cierto punto (más o menos hasta 3/4 de campo de su propio campo), cuando comenzaban a hacer una presión intensa para buscar el robo y salir al ataque. Un equipo compacto, sacrificado, trabajador y con mucho esfuerzo. El Arsenal se fijó en el trabajo colectivo por encima del trabajo individual. Cada acción defensiva suponía una batalla, y el equipo de Wenger pretendía ir ganando esas batallas para acabar llevándose la guerra.
Ataque: Aquí el Arsenal buscó la eficiencia, y optimizar cada ataque de la mejor manera posible. Teniendo en cuenta que el balón lo tenía más el Manchester City (aunque el dominio del partido lo tenía el Arsenal), cada vez que recuperaban la pelota los de Wenger, intentaban proyectar sus ataques a las bandas. Por ahí andaban Alexis Sánchez (izquierda) y Oxlade-Chamberlain (derecha), los cuales se encargaban se lanzar los ataques de su equipo. A veces ayudados por los laterales (Monreal y Bellerín), trataban de espera a que estos subieran para, una vez llegado a las proximidades del área rival, se orientara más el ataque al carril central, buscando más el ataque por dentro. Es así como, de forma inteligente, los jugadores sabían bien cuándo salir corriendo a la contra y cuando parar más el juego. En este aspecto tanto Ramsey como Cazorla fueron los encargados de mantener el balón en posesión del Arsenal (el español está cuajando una temporada sensacional). Y es ahí cuando buscaban retener un poco la pelota para encontrar un hueco por el que atacar. El movimiento del balón y de los jugadores hizo que encontraran huecos, y de esta forma mostraran la pegada suficiente como para ganar el partido. La inteligencia en ataque fue la clave para que se impusieran en el partido. Todos los que atacaban remaban hacia el mismo sitio, y eso supuso que hiciera el Arsenal dos goles (aunque uno fuera de penalti).
El Wenger más pragmático está empezando a asentarse en estos partidos de gran calibre. Ya se comenzó a ver la temporada pasada en encuentros como ante el Borussia Dortmund en UCL cuando jugaron en Alemania, y en otros encuentros ante rivales grandes. El Arsenal está empezando a cimentar estos partidos a través de la defensa, y parece que cada día tanto entrenador como jugadores comprenden mejor qué es lo que tienen qué hacer, cómo lo tienen que hacer y cuándo lo tienen que hacer. Tal vez no sea el fútbol más bonito, ni ese de pases al que nos tenía acostumbrados el Arsenal en estos encuentros. Pero si es el fútbol, de momento, más efectivo para un Arsenal que necesitaba cambiar de chip en estos "cara a cara".
La victoria del Arsenal ante el Manchester City ha supuesto para el equipo citizen su sexta derrota en casa desde la temporada 2010/2011. Esto habla muy bien del partido del Arsenal, y habla también de la importancia de esta victoria. Tal vez Wenger haya aprendido algo de Pulis después de todos los enfrentamientos que han tenido como entrenadores, y es que a veces lo cauto puede a lo valiente. De momento al Arsenal le sirve esta imagen para resolver algún que otro partido de este calibre y para reforzar su imagen. No siempre la perfección se encuentra en lo bonito, y el partido del Arsenal ante el Manchester City demostró como, planteando un partido desde atrás, puede ser perfecto haciendo un sacrificio necesario.
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