Adam Lallana ha conseguido hacerse un hueco importante en el Liverpool a base de esfuerzo y sacrificio. Desde la llegada de Klopp se notó que el técnico alemán tenía una complicidad especial con el futbolista británico. El ex-jugador del Southampton, que había llegado al Liverpool bajo un gran cartel debido en sus buenas temporadas en los saints, no había rendido según lo esperado. Y de la misma forma que Klopp despertó de nuevo al Liverpool y a Anfield, Lallana resucitó del letargo en el que estaba para volver a sentirse relevante, para ofrecer un rendimiento que beneficiara a su equipo y le llevara a una posición en la plantilla donde tuviera un gran peso.
Lallana comenzó jugando con Klopp en la línea de mediapuntas, acostado en la banda derecha y ofreciendo mayormente juego interior para que de esta forma pudiera aprovecharse su equipo de su mejor faceta. Desde que llegó el técnico alemán, la presencia de los mediapuntas se incrementó por entro, dando lugar además a que los laterales pudieran aprovecharse de esto debido a tener toda la banda prácticamente para ellos.
El futbolista inglés se acopló de maravilla a su nuevo rol. Su conducción ofrecía al Liverpool un elemento más con el que dañar al rival (posiblemente el Liverpool tenga a los jugadores que mejor conducen el balón en la Premier League). El ex del Southampton se sintió a gusto, y se amoldó bien al juego asociativo y vertiginoso propuesto por Klopp. La intensidad en las jugadas se adhirió muy bien al juego de Lallana, que además mostró una faceta más de ida y vuelta pese a jugar como atacante. Desarrolló también su aspecto defensivo y aprendió a ocupar el campo de una mejor manera, siendo mucho más inteligente a la hora de presionar.
La nueva faceta como interior
El gran paso de esta temporada para el Liverpool, y más específicamente para Jürgen Klopp, ha sido acoplar a los jugadores de la plantilla al sistema (con los nuevos fichajes). Con las nuevas adquisiciones, posiblemente Lallana era uno de los jugadores que parecía más perjudicado, pero lejos de eso Klopp le ha abierto la puerta para variar su posición y jugar en un nuevo lugar sobre el campo. Su puesto arriba dio paso a Mané, quien ocuparía la banda derecha, mientras que Lallana pasó a jugar como interior, convirtiéndole así Klopp en un interior "muy suyo".
Debido a la falta de un pivote como tal en el Liverpool, Henderson está ejerciendo esa función, y al no ser un organizador ya que siempre ha sido un centrocampista con llegada, Klopp ha dotado al equipo de un centro del campo con vuelo. Wijnaldum y Lallana ocupan los interiores, y se han convertido, junto a los delanteros, en los generadores de juego en el club de Merseyside. A falta de un buen mediocentro (y hay que decir que Henderson lo está haciendo bastante bien), se ha acentuado el juego asociativo y de conducciones en el equipo.
De esta manera, el rol de Lallana como interior ha cobrado una gran importancia. Su capacidad para mantener el balón con ambas piernas y añadir carbón al juego alto en revoluciones del Liverpool le llevan a sentirse muy cómodo sobre el campo. Moviéndose a través de transiciones consigue tener una gran presencia sobre la frontal del área y el perfil derecho (donde más aparece), llegando además a pisar el área rival y generando de esta manera ocasiones de gol. Junto a esto, con Klopp el Liverpool ha mejorado su rendimiento, y la exigencia física a la que suelen someter en los partidos les ha llevado a mejorar de una forma destacable el aspecto físico. Defensivamente Lallana ha conseguido adecuarse a lo que se le pide sobre el campo, tanto posicionalmente como en lo que se refiere a la presión. Teniendo una gran presencia ofensiva, Lallana se ha visto beneficiado por esta mejora física que le ha dotado de mayor capacidad para aguantar los idas y vueltas. Además, ha mejorado su posicionamiento, siendo mucho más inteligente a la hora de cubrir espacios, y este aspecto se nota sobre todo a la hora de presionar (donde el Liverpool, con gran intensidad, ocupa espacios con una gran precisión). Midiendo esfuerzos, en la presión de Klopp por su sector le ha llevado a mostrar mayor disciplina, y su posición actual también le ha ayudado a tener que calcular mejor las jugadas.
Dicho esto, la importancia de Lallana ha aumentado progresivamente en lo que va de temporada. Físicamente, ofensivamente y defensivamente el jugador inglés ha crecido de la mano de Klopp. No solo sigue manteniendo lo bueno que tenía, beneficiando a su equipo, si no que ha ido incorporando cosas que le han hecho más completo y constante. Hoy por hoy devuelve a Klopp la confianza que depositó en él desde su llegada.
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