Era indudable que la eliminatoria entre Celta y Manchester United despertaba una gran expectación. Un cara a cara que enfrentaba la consolidación de un proyecto de la mano de Berizzo frente al nacimiento de otro ambicioso de la mano de Mourinho. Si el fútbol en ocasiones es lo más parecido a una fiesta, este era uno de esos casos. Y si en ambos casos se vislumbraba algo, era ilusión. En el caso del Celta por verse en la situación que estaban, unas semifinales de UEL. En el caso del Manchester United, más por una resignación hacia la competición que les había tocado jugar, pero que al final podía ir a su favor. Un duelo que por encima de todo iba a ser bonito y se iba a resolver por pequeñas cosas.
Y es que el camino de ambos clubes a esta semifinal, de una forma u otra había sido inmaculado. Eso sí, también tocados por una cantidad de sensaciones donde se juntó la tensión, la alegría, los nervios, el miedo...pero lo consiguieron. Y en el momento de enfrentarse, donde Berizzo y Mourinho se veían de frente, el Manchester United dio un paso adelante para complicar la vida al Celta y poner más tensa aún la eliminatoria. Y es que con Balaídos de testigo, el club inglés consiguió conquistar al club español con un 0-1 que marca el camino a Old Trafford. Todo queda abierto para la vuelta pese a este resultado.
Una variación importante
La lesión de Ibrahimovic ha cambiado parte del Manchester United. Y en esta ocasión volvió a demostrarlo. Mourinho salió con un equipo que dominara los envíos directos y el juego al espacio. Un once físico que te permitiera además replegar bien y ocupar los espacios con claridad. Es por esto que el técnico portugués escalonó en cierta manera su centro del campo y potenció si línea de ataque. En el centro del campo Ander Herrera actuó como pivote, lo que posibilitó al Manchester United poder buscar el envío raso. Pero a su vez más arriba estaban Pogba y Fellaini. El francés dominando a la hora de plantarse en ataque, el belga luchando el juego directo para ganar segundas jugadas. Y arriba, abiertos se encontraban Mkhitaryan y Lingard, ambos capaces de ir al carril central para ofrecer el costado a sus laterales, o de ir hacia línea de fondo. Y como guinda Rashford, en la búsqueda del balón al espacio y siendo un quebradero de cabeza cuando lo tenía.
Esto permitió que el Manchester United planteara dos mitades distintas. En la primera salió a dominar al Celta, ambicioso buscando increparle con el balón. Es por esto posiblemente que el Celta no esperaba un partido planteado así y se vio incómodo, sin poder presionar con claridad y con algunas jugadas en inferioridad. Radoja se vio superado ante Pogba en el centro del campo, en los envíos en largo el Manchester United dominó completamente la situación, y en los últimos metros incidiendo por las bandas sobre todo (hicieron que Sisto y Iago Aspas tuvieran que ir atrás a ayudar), increparon bastante a la defensa del club español. En este sentido el buen posicionamiento del equipo de Mourinho no facilitaba las cosas al de Berizzo, que se vio envuelto muchas ocasiones en balones largos que no ganaban, apenas teniendo fluidez con el balón y con poca comodidad cuando intentaban elaborar.
El partido mostró dos tiempos distintos porque si en el primero el Manchester United disputó la posesión (53,5% de posesión del Celta por 46,5% del Manchester United), en el segundo buscó mucho más replegar y buscar el contragolpe. Algo que les facilitó la tarea una vez se pusieron por delante en el marcador (en los segundos cuarentaicinco minutos el Celta tuvo un 62,2% de posesión por un 37,8% del Manchester United). Dos caras distintas que pese a cambiar siguieron siendo igual de incómodas para el club español, que no encontró soluciones con regularidad para poder hacer sufrir a Romero. Sin embargo el Manchester United si siguió viéndose cómodo y respecto al primer tiempo consiguió marcar gol (datos de la posesión sacados de WhoScored.com).
Un intento de rebelión a través de Sisto
La mayor solución para el Celta llegaba en su mayor parte a través de las bandas. Y hubo un tramo del partido donde el equipo de Berizzo consiguió dominar en cierta manera la situación y ver el panorama más favorable para ellos. Aún con 0-0 en el marcador, y casi recién iniciado el segundo tiempo, comenzaron a elaborar más rápido con el balón y dificultar más la posesión del Manchester United, no dejando a los receptores cómodos cuando buscaban algún balón arriba o más en corto. Con el Celta teniendo el balón, trataron de buscar errores del Manchester United para plantarse más arriba. Es por esto que los jugadores leyeron bien la situación de caos que tenía su rival en el medio. Comenzando sus posesiones sobre todo a través de la banda derecha, hacían bascular al equipo de Mourinho hacia ese costado para defender, y particularmente trataban de sacar a Ander Herrera de su zona para que hubiera un mayor espacio. Tras esto rápidamente buscaban jugar por la otra banda para que Sisto intentara buscar el peligro por la izquierda o tratar de encontrar alguna combinación que supusiera una ocasión.
El danés posiblemente fue de lo mejor de su equipo. No solo ofensivamente se mostró como la mejor solución o el recurso más recurrente de su equipo, sino que en defensa ayudó bastante. El Manchester United le demandaba por su costado (izquierda) ayudar en defensa debido a las incorporaciones de Valencia, pero cuando su equipo tenía el balón muchas veces estaba él para iniciar la jugada con algún pase y a partir de ahí irse hacia arriba para finalmente si recibía cerca del área buscar alguna jugada hacia dentro que le permitiera disparar. El partido no estaba en un contexto sencillo para los atacantes del Celta, ya que en el juego directo sobre Guidetti para que jugara de espaldas, Bailly sostuvo al sueco bastante bien. Y por el otro lado Aspas apenas pudo aparecer con un Blind que dominó completamente toda su zona.
Un partido sustentado en cuatro nombres
Hay cuatro nombres en el Manchester United que sobresalieron por encima de lo demás, y eso que en líneas generales hombre por hombre hicieron un gran trabajo. No obstante la columna vertebral del Manchester United fue en esta ocasión Blind en el centro de la defensa, Ander Herrera como pivote, Pogba como centrocampista ofensivo y Rashford como punta de ataque. Todos tuvieron su importancia en el partido y consiguieron ser diferenciales en su posición.
Pogba y Rashford posiblemente fueron las cabezas visibles de su equipo. Durante un buen periodo del partido el francés fue el centrocampista adelantado de su equipo. Consiguió dominar al centro del campo rival con sus acciones ofensivas. Físicamente se interpuso en cada balón que rondo cerca suyo, lo que permitió a su equipo tener más presencia en ataque. Pero cuando tuvo que realizar alguna conducción o sacar partido de su capacidad técnica para crear problemas al Celta también lo hizo. Y es que la palabra dominio es la que mejor define el partido de Pogba, que se movió con más libertad que nunca por todo el campo rival, siendo un apoyo constante, teniendo desparpajo para hacer daño y creando peligro. Y por delante de él estaba Rashford. Cuesta pensar que un jugador de 19 años pueda tener una noche como la del inglés en Balaídos. Y es que jugando como delantero ha demostrado ser también un arma letal. Se mueve, lee muy bien las jugadas al espacio o combinando, y es letal cuando puede correr. De sus botas nace la jugada del gol, donde recibe una pelota y rápidamente va a encarar con un cambio de ritmo, a lo que le hacen falta, y posteriormente la marca. Las jugadas de Rashford van cargadas con veneno, y es que solo su presencia cuando tiene la pelota en los pies infunde respeto. Cada vez tiene más cosas y las efectúa de mejor manera. Su juventud le demanda comerse el mundo, y así lo hace.
Y sin asomar tanto la cabeza los dos futbolistas que desde la sombra dominaron atrás fueron Blind y Ander Herrera. El primero consiguió otorgar total seguridad como central. Cuando tuvo que defender tanto a Aspas como en alguna ocasión a Guidetti se impuso con total solvencia y seguridad, y en los envíos directos intento siempre dar sentido al desplazamiento de balón para que su equipo se plantara arriba. El holandés fue siempre superior en sus enfrentamientos, excelente. Por su parte Ander Herrera es el pegamento del equipo. Da igual dónde le ponga Mourinho que siempre tiene algo bueno que aportar. Como pivote supo contener al Celta, pero lo mejor es ver lo inteligente que es sobre el campo. Sabe cómo hacer las acciones a campo abierto o cuando encima a un rival. Es capaz de adaptarse a los ataques rivales para que hagan el menor daño posible a su equipo. Y luego con balón es una cabeza pensante, no se complica y hace todo con claridad. Parece que hace fácil lo difícil. Ambos mostraron una gran imagen en el primer tiempo, y sobre todo en un segundo cuando el Manchester United buscó cerrar el resultado y conceder pocas cosas al Celta.
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