viernes, 25 de septiembre de 2015

Coquelin como necesidad

0


Insustituible. Difícil utilizar otra palabra para definir la importancia que tiene Coquelin dentro del Arsenal actual. Difícil porque es una palabra que va más allá de lo que ocupa su nombre en el once, y que rebasa lo puramente futbolístico para entrar en lo emocional. Sin Coquelin, actualmente el Arsenal cambia. Y cambia mucho. Es por esto que aunque el centrocampista francés no tenga pinta de ser un jugador de mimos, en el Arsenal se le mima. Se le mima porque no hay más como él en la plantilla, y porque la relevancia que tiene en cada partido que juega marca un antes y un después en cada intervención que hace. No es un jugador que te desequilibra partidos, pero si ayuda a que su equipo los desequilibre.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Naufragio

0


Dio el pistoletazo de salida la UCL 2015/2016. Y no con mucha fortuna para los equipos ingleses. Manchester City (en casa), Manchester United (fuera) y Arsenal (fuera) comenzaron la competición europea con un mal común: el centro del campo. Mientras que el Chelsea (en casa), fue el único equipo que respondió en una jornada de apertura para olvidar. Por primera ver en UCL, 3 equipos ingleses perdían en el primer partido. Solamente el Chelsea salvó los muebles para que no se hiciera pleno. Aún así, la imagen competitiva fue muy mejorable, y no deja de ser decepcionante el ver los resultados obtenidos en esta primera jornada. El centro del campo, fue la clave para el resultado final de cada equipo.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Jonjo Shelvey ante sí mismo

0


Jonjo Shelvey jugó por primera vez con el Liverpool, equipo con el que debutó en Premier League, el 22 de septiembre de 2010. Pagaron por él 1,7 millones de libras al Charlton Athletic, y en el total de los 15 partidos que disputó con el equipo de Merseyside durante la temporada 2010/2011, Shelvey fue más reconocido por su aspecto, o por las cosas que hacía, que por lo que mostraba en el campo. Aún así dejó alguna que otra cosa, y demostró saber desenvolverse como un gran llegador. Uno de esos con un gran disparo, y que corren de un lado a otro para acabar estando en el sitio exacto en el momento oportuno.