En el día más importante para la selección inglesa sub-21 en los últimos años, los chicos de Boothroyd prefirieron revelarse contra sí mismos para dejar la mejor imagen que se recuerda del combinado inglés en estas categorías. Con casi todo ganado, pero con la necesidad de dar el último paso frente a la anfitriona Polonia, Inglaterra consiguió clasificarse para las semifinales del Europeo sub-21 de Polonia como primera de grupo. Un partido en el que dejaron el mejor juego, mostraron el mejor nivel individual y colectivo, y supieron abrir y matar un partido que no querían que les complicara el futuro en el torneo.
XI Inglaterra: Pickford-Holgate, Chambers, Mawson, Chillwell-Ward-Prowse, Chalobah, Baker-Swift-Demarai Gray, Redmond
Inglaterra salió al partido convencida de llevárselo. Y para ello influyó mucho las rotaciones que realizó Boothroyd en el equipo. Decidió sacar un sistema distinto y dar cabida a un 4-3-1-2 que mejoró a la selección. Para ello en el centro del campo puso a Ward-Prowse, Chalobah y Baker, donde generalmente se escalonaban para dar diferentes vías de pase para subir el balón. Más adelantado se colocó John Swift, que como enganche se movió con libertad y generalmente siempre ofreció pase en tres cuartos de campo. Y arriba como si fueran dos puntas jugaron Demarai Gray y Redmond, los cuales sin centrarse demasiado se abrían un poco para intentar crear incertidumbre entre los laterales y los centrales a la hora de defenderlos. De esta forma Inglaterra encontró una forma efectiva, precisa y rápida de movilizar el balón, ya que aunque Polonia defensivamente se mostraba floja, los ingleses siempre ofrecían algún apoyo para recibir el balón y poder ir subiendo hacia el ataque. El posicionamiento de los centrocampistas y atacantes, además, dio la posibilidad de que los laterales tuvieran mucha tendencia ofensiva. Y ahí Chillwell se impuso en el duelo al extremo Frankowski, el mejor jugador de Polonia, y el lateral rival. Hizo de la banda izquierda su territorio y tuvo una gran presencia en el partido.
El combinado inglés dispuso de ocasiones, más que en cualquiera de los otros partido. Pero solamente con un gol tempranero de Gray (con algo de fortuna) se puso por delante en el marcador. Las demás ocasiones, algunas a balón parado (donde Polonia defendió fatal), no acabaron dentro de la portería rival debido a las intervenciones de Wrabel. No obstante Inglaterra se sintió siempre cómoda atacando, y sobre todo defendiendo minimizó muchísimo a los polacos, que apenas tuvieron posibilidad de plantarse en la última zona de ataque. Inglaterra estuvo intensa, yendo con fuerza y seguridad a los balones divididos, y no otorgando segundas jugadas que les pillaran descolocados a la hora de defender.
Durante el segundo tiempo el partido siguió el mismo guión. Inglaterra continuó dominando pero el resultado no era una gran diferencia y cualquier jugada podía acabar en empate. A todo esto además había que tener en cuenta que Eslovaquia ganaba su enfrentamiento frente a Suecia por 2-0, por lo que la tensión era constante y la presión por no encajar se acrecentaba en este sentido. Pero los ingleses tuvieron la calma necesaria para no pasar apuros en el partido. Y aunque en un momento hubo un conato donde Polonia pareció soltarse mediante las bandas con Frankowski como principal argumento, y trató de colgar balones al área, los ingleses siguieron defendiéndose bien. Y junto a los cambios, tras un posible gol polaco un contragolpe inglés acabó con el 2-0 en el marcador por parte de Jacob Murphy. Algo que tranquilizó los ánimos y hundió totalmente a los anfitriones. Desde ese momento hasta el final del partido Inglaterra encontró la comodidad y ya en el final hizo un tercer gol de penalti.
Con la victoria, Inglaterra volvía a plantarse en unas semifinales de un Europeo sub-21, algo que no conseguía desde el año 2009. En 2011 cayó como penúltima de su grupo, y en 2013 y 2015 como última en dos fracasos que acentuaban mucho el futuro de este torneo. De menos a más en el torneo, los ingleses tendrán una oportunidad más para redondear unos meses que están siendo extraordinarios para las distintas categorías de la selección inglesa.
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