La disposición e intensidad del Reading
Steve Clarke y sus chicos tenían las cosas muy claras. Para poder llevarse la primera semifinal que se iba a disputar de FA Cup debían seguir 3 premisas: jugar con intensidad, esforzarse en cada jugada e imprimir ritmo al partido. Y todo esto lo siguieron a rajatabla. Durante los primeros 30 minutos del primer tiempo el Reading jugó cómodo en un partido que a priori no lo parecía (aún siendo semifinal, el Arsenal llegaba en un estado de forma muy bueno). Con las líneas retrasadas, los de Clarke buscaban el robo para optimizar cada ataque. De esta forma era habitual ver como muchos jugadores del Arsenal se acumulaban en la zona de ataque, pero ante el poco espacio que dejaba el Reading no encontraban espacio. Esto supuso que en varias ocasiones las bandas fueran un buen lugar para que el Reading las aprovechara a la hora de atacar. No consiguieron crear muchas ocasiones clarísimas, pero sí atrasar el dominio que podía imponer el Arsenal (tanto en juego como en ocasiones). En el segundo tiempo el partido se equilibró, y el Reading encontró más facilidades para atacar. Esto supuso que empataran el partido en el minuto 54. El Arsenal siguió teniendo el balón, pero el Reading siguió trabajando la defensa para no dejar ningún resquicio por el que pudieran pasar los de Wenger. La intensidad defensiva, el ritmo cuando atacaban y el esfuerzo colectivo del Reading casi se ve compensado al final del encuentro, cuando sobre el minuto 86 Pogrebnyak erró en un ataque del Reading en el cual iban 2 contra 2, perdiendo el balón en la frontal del área. Posteriormente en la prórroga consiguieron aguantar hasta el minuto 106. Al final el Arsenal, por envites acabó marcando el segundo. Aún así el partido que planteó Steve Clarke, reflejado en sus jugadores, tuvo al Arsenal en el limbo y no se lo puso fácil.
La tranquilidad del Arsenal y la chispa de Alexis Sánchez
Pese a que el partido que planteó el Reading fue difícil para que el Arsenal ganara el partido, la tranquilidad y paciencia del equipo de Wenger fue clave para acabar llevándose el encuentro por 1-2 en la prórroga. Llegando a la semifinal con un estado de forma muy bueno, el Arsenal tuvo que sudar la gota gorda para conseguir llegar a la final de la FA Cup. Ante un rival cerrado, que apenas dejaba espacio, apenas llegaban las ocasiones para desequilibrar la balanza con claridad. Y aunque los números favorecieron a los de Wenger, el partido estuvo más equilibrado de lo que parece. Y no es por culpa del Arsenal, sino mérito del Reading. Los laterales del Arsenal subieron la banda para abrir el campo, y los jugadores de ataque hacían movimientos para conseguir abrir la defensa del Reading. Pero pasaban los minutos y las ocasiones no llegaban. Del minuto 30 al 45 del primer tiempo los de Wenger parecieron encontrar la fórmula. El balón comenzó a moverse más rápido, y el esfuerzo del Reading se vio reflejado en la defensa, que empezó a llegar tarde a los pases del Arsenal. Alexis Sánchez materializó esta mejoría en estos minutos, y demostró que llega con chispa al final de temporada. El mayor problema que tuvo el Arsenal fue en defensa, y a medias. Como el Reading defendía atrás, el equipo atacaba con muchos jugadores, lo que posibilitaba las contras del Reading saliendo por las bandas, sobre todo. Aún así, por calidad y empuje, el Arsenal consiguió imponerse en el partido. Alexis Sánchez fue el nombre y hombre del partido. Clave su partido junto a la tranquilidad del Arsenal. Vuelve a ser clave para el Arsenal su participación. El Arsenal le necesitaba en este final de temporada, ya que es el jugador diferencial. Y parece que él está dispuesto a seguir demostrándolo.
Delph, Grealish y Benteke contra el Liverpool
Aunque el partido del Aston Villa se resume en una gran lucha colectiva, los tres nombres que destacan en la semifinal ante el Liverpool son Delph, Grealish y Benteke. Los tres fueron los que imprimieron poco a poco golpes al equipo de Brendan Rodgers para que acabara cayendo. Los dos primeros se veían constantemente por la banda izquierda. De ellos nacieron los dos goles del equipo. Delph, que es un excelente centrocampista de ida y vuelta, daba el balón a Grealish, para rápidamente doblarle, y que el irlandés le entregara el balón de nuevo para buscar algún centro al área, para encarar o para hacer un pase atrás (hacia Benteke, como en el primer gol, o encarando, como en el segundo gol) . Posiblemente esta fue la jugada que más se vio en a lo largo del partido. Ambos conectaron de manera perfecta, y confirmaron la buena pareja que pueden formar para próximas temporadas. El trabajo en ataque (en defensa también ayudaron mucho) de estos, también se vio apoyado por el buen momento de Benteke. El delantero belga ofreció su mejor versión. Cayendo a bandas para combinar, manteniendo la pelota para que sus compañeros pudieran ir hacia el ataque, o buscando las cosquillas a la defensa del Liverpool. Cualquier cosa que hizo fue beneficiosa para su equipo. Si el trabajo del Aston Villa (que desde la llegada de Sherwood parece un equipo mucho más definido en defensa, aunque le sigue faltando mejorar) estaba siendo fabuloso, la respuesta se estaba viendo en el ataque. Al final la consistencia del equipo y la claridad de ideas en ataque desequilibraron la balanza a favor de los villanos, que vuelven a llegar a una final de FA Cup desde la temporada 1999-2000. Premio a los jugadores y a Sherwood, que una vez están mostrando la mejor versión del Aston Villa a final de temporada.
La indefinición del Liverpool
El Liverpool volvió a mostrar su versión más raquítica. Sin ideas, y sin un centro del campo que diera ese plus al equipo, los de Brendan Rodgers volvieron a depender de la lucidez de Coutinho y Sterling. Las pocas ideas colectivas, unidas a un equipo que se vio superado por el Aston Villa, hicieron que el Liverpool no se encontrara a lo largo de los 90 minutos. Es algo que ha lastrado al equipo de Rodgers esta temporada, y que, tras la buena racha que consiguieron desde diciembre de 2014 hasta marzo de 2015, ha dejado luces y sombras de un equipo que no tiene términos medios. El Liverpool no encontró el desequilibrio que otras veces si ha encontrado con Coutinho y Sterling, y tampoco supo encontrar la profundidad que le daba a menudo el 3-4-3. Esto, que hizo que los ataques del equipo pasaran en un gran número de ocasiones sin pena ni gloria (donde Gerrard, jugando en el trío de ataque mostró que está en un mal estado de forma), facilitó la labor de la defensa del Aston Villa, e hizo que vivieran un partido mucho más plácido. La defensa, por su parte, mostró la falta de consistencia que le ha faltado esta temporada. Una defensa que no supo parar a Benteke, Delph y Grealish. Unida a la defensa, el centro del campo también se vio desbordado. El Aston Villa encontró en las jugadas de segunda línea algo clave para que hacer sufrir al Liverpool. Un centro del campo que si mostró sus debilidades en defensa, también las mostró en ataque. A día de hoy al Liverpool le cuesta sacar el balón limpio, y aunque Joe Allen se implica en su labor, a día de hoy parece insuficiente para que el Liverpool empiece a asentar unas buenas bases de cara al futuro. El Liverpool se vio superado en el partido, y aunque acabaron cayendo 2-1, no supieron plantear un partido que exprimiera al Aston Villa. Al final fue todo lo contrario y Gerrard se marchará del Liverpool sin ningún título en su última temporada.
Pese a que el partido que planteó el Reading fue difícil para que el Arsenal ganara el partido, la tranquilidad y paciencia del equipo de Wenger fue clave para acabar llevándose el encuentro por 1-2 en la prórroga. Llegando a la semifinal con un estado de forma muy bueno, el Arsenal tuvo que sudar la gota gorda para conseguir llegar a la final de la FA Cup. Ante un rival cerrado, que apenas dejaba espacio, apenas llegaban las ocasiones para desequilibrar la balanza con claridad. Y aunque los números favorecieron a los de Wenger, el partido estuvo más equilibrado de lo que parece. Y no es por culpa del Arsenal, sino mérito del Reading. Los laterales del Arsenal subieron la banda para abrir el campo, y los jugadores de ataque hacían movimientos para conseguir abrir la defensa del Reading. Pero pasaban los minutos y las ocasiones no llegaban. Del minuto 30 al 45 del primer tiempo los de Wenger parecieron encontrar la fórmula. El balón comenzó a moverse más rápido, y el esfuerzo del Reading se vio reflejado en la defensa, que empezó a llegar tarde a los pases del Arsenal. Alexis Sánchez materializó esta mejoría en estos minutos, y demostró que llega con chispa al final de temporada. El mayor problema que tuvo el Arsenal fue en defensa, y a medias. Como el Reading defendía atrás, el equipo atacaba con muchos jugadores, lo que posibilitaba las contras del Reading saliendo por las bandas, sobre todo. Aún así, por calidad y empuje, el Arsenal consiguió imponerse en el partido. Alexis Sánchez fue el nombre y hombre del partido. Clave su partido junto a la tranquilidad del Arsenal. Vuelve a ser clave para el Arsenal su participación. El Arsenal le necesitaba en este final de temporada, ya que es el jugador diferencial. Y parece que él está dispuesto a seguir demostrándolo.
Delph, Grealish y Benteke contra el Liverpool
Aunque el partido del Aston Villa se resume en una gran lucha colectiva, los tres nombres que destacan en la semifinal ante el Liverpool son Delph, Grealish y Benteke. Los tres fueron los que imprimieron poco a poco golpes al equipo de Brendan Rodgers para que acabara cayendo. Los dos primeros se veían constantemente por la banda izquierda. De ellos nacieron los dos goles del equipo. Delph, que es un excelente centrocampista de ida y vuelta, daba el balón a Grealish, para rápidamente doblarle, y que el irlandés le entregara el balón de nuevo para buscar algún centro al área, para encarar o para hacer un pase atrás (hacia Benteke, como en el primer gol, o encarando, como en el segundo gol) . Posiblemente esta fue la jugada que más se vio en a lo largo del partido. Ambos conectaron de manera perfecta, y confirmaron la buena pareja que pueden formar para próximas temporadas. El trabajo en ataque (en defensa también ayudaron mucho) de estos, también se vio apoyado por el buen momento de Benteke. El delantero belga ofreció su mejor versión. Cayendo a bandas para combinar, manteniendo la pelota para que sus compañeros pudieran ir hacia el ataque, o buscando las cosquillas a la defensa del Liverpool. Cualquier cosa que hizo fue beneficiosa para su equipo. Si el trabajo del Aston Villa (que desde la llegada de Sherwood parece un equipo mucho más definido en defensa, aunque le sigue faltando mejorar) estaba siendo fabuloso, la respuesta se estaba viendo en el ataque. Al final la consistencia del equipo y la claridad de ideas en ataque desequilibraron la balanza a favor de los villanos, que vuelven a llegar a una final de FA Cup desde la temporada 1999-2000. Premio a los jugadores y a Sherwood, que una vez están mostrando la mejor versión del Aston Villa a final de temporada.
La indefinición del Liverpool
El Liverpool volvió a mostrar su versión más raquítica. Sin ideas, y sin un centro del campo que diera ese plus al equipo, los de Brendan Rodgers volvieron a depender de la lucidez de Coutinho y Sterling. Las pocas ideas colectivas, unidas a un equipo que se vio superado por el Aston Villa, hicieron que el Liverpool no se encontrara a lo largo de los 90 minutos. Es algo que ha lastrado al equipo de Rodgers esta temporada, y que, tras la buena racha que consiguieron desde diciembre de 2014 hasta marzo de 2015, ha dejado luces y sombras de un equipo que no tiene términos medios. El Liverpool no encontró el desequilibrio que otras veces si ha encontrado con Coutinho y Sterling, y tampoco supo encontrar la profundidad que le daba a menudo el 3-4-3. Esto, que hizo que los ataques del equipo pasaran en un gran número de ocasiones sin pena ni gloria (donde Gerrard, jugando en el trío de ataque mostró que está en un mal estado de forma), facilitó la labor de la defensa del Aston Villa, e hizo que vivieran un partido mucho más plácido. La defensa, por su parte, mostró la falta de consistencia que le ha faltado esta temporada. Una defensa que no supo parar a Benteke, Delph y Grealish. Unida a la defensa, el centro del campo también se vio desbordado. El Aston Villa encontró en las jugadas de segunda línea algo clave para que hacer sufrir al Liverpool. Un centro del campo que si mostró sus debilidades en defensa, también las mostró en ataque. A día de hoy al Liverpool le cuesta sacar el balón limpio, y aunque Joe Allen se implica en su labor, a día de hoy parece insuficiente para que el Liverpool empiece a asentar unas buenas bases de cara al futuro. El Liverpool se vio superado en el partido, y aunque acabaron cayendo 2-1, no supieron plantear un partido que exprimiera al Aston Villa. Al final fue todo lo contrario y Gerrard se marchará del Liverpool sin ningún título en su última temporada.
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