Wenger y el planteamiento de Walcott delantero
Arsène Wenger sorprendía sacando en el once a Theo Walcott como punta de lanza. El jugador inglés, que venía de meter un hattrick ante el WBA se postulaba como la sorpresa de las alineaciones al ser el delantero de su equipo. Y dio resultado. Gracias a Walcott el Arsenal ganó efectividad y peligro en ataque. Les permitió que el ataque a los espacios de los laterales y centrales del Aston Villa fuera más efectivo. Sin un referente fijo, Walcott se movía constantemente por el frente de ataque buscando desmarques de ruptura (tuvo varias jugadas donde se posicionó en fuera de juego por poco). Esta mayor movilidad permitía a su equipo no dejar tranquila a la defensa del Aston Villa. Los movimientos eran constantes para encontrar un hueco por el que poder entrar hasta la portería de Given, que consiguió frenar al Arsenal hasta el minuto 40.
Sus combinaciones rápidas con los compañeros que le rodeaban, y el salir disparado buscando portería permitieron al Arsenal ser mucho más incisivo (como vienen mostrando en este final de temporada). Walcott fue un puñal constante para la defensa del Aston Villa, y un acierto total del técnico francés a la hora de alinearle. Su presencia no solo otorgó al Arsenal más espacios en algunas zonas del campo, sino que también permitió que finalizaran un mayor número de jugadas. Pese a que el primer gol vino en el minuto 40 (gol de Walcott), el equipo ya había dispuesto de más ocasiones y parecía un milagro que se fuera a ir al descanso con empate a 0.
Coquelin como extensión de los centrales para tapar a Benteke
El centrocampista francés es una de las sensaciones en la temporada del Arsenal. Y por méritos propios. Una vez más volvió a ser clave en el planteamiento de la final. El Aston Villa, teniendo su mejor arma en Benteke, fue interceptado por el triángulo que compuso el Arsenal para no dejarle tranquilo. Mertesacker-Koscielny y Coquelin fueron los encargados de amargar la noche del futbolista belga. El buen posicionamiento de Coquelin a la hora de defender supuso un paso adelante en la defensa del Arsenal. Dejando de lado su buen hacer a la hora de ejercer los robos, tapo toda vía de pase hacia el delantero del Aston Villa. Cubrir todas esas zonas por las que se movía el delantero belga fue una premisa para que el Aston Villa no pudiera crecer en ataque. Además, cuando un balón conseguía llegar a Benteke, Mertesacker y Koscielny hicieron muy buen trabajo encimando al delantero, evitando así que pudiera pensar rápido o ejercer un giro que le diera espacio tras la recepción. Supieron anularle para que no aprovechara sus virtudes.
Hay que destacar también los apoyos que realizó a lo largo del partido. Aunque a veces va pasado de intensidad, Coquelin demuestra ser un reloj a la hora de llegar a la presión en cualquier lugar. Es un jugador pasional, y movido por la pasión demuestra que a la hora de hacer apoyos y coberturas a sus compañeros puede ser un excelente jugador. En la final de FA Cup lo volvió a demostrar y fue el primer muro para los ataques del Aston Villa. Con esta primera muralla, el Arsenal conseguía subsanar algún fallo que podían cometer a través de un buen posicionamiento ofensivo. Además, el papel con Coquelin con el balón fue más destacado que en otras ocasiones. Sin dejar de mantenerse en lo correcto, ejerciendo su dominio con el balón lo justo y necesario, el francés demostró que en este partido estaba muy metido. Jugo con claridad, hizo algún pase para romper líneas y supo mover la pelota acorde lo que pedía su equipo.
Santi Cazorla en su versión de 2015
En 2015 Santi Cazorla ha demostrado saber lo que necesitaba el Arsenal de él, y ha ejercido su tarea a las mil maravillas. En la final no solo volvió a cumplir, sino que volvió a ser clave su dominio del balón para que el Arsenal tuviera un punto de referencia a la hora de organizarse. Y es que el centrocampista español parece haber "perdido" protagonismo en detrimento de sus compañeros, pero ni mucho menos. Cazorla luce con y sin pelota porque es un futbolista inteligente. Sin ser un especialista defensivo, ha sabido esforzarse para que el planteamiento de Wenger tuviera éxito. Es por esto que en la final fueron frecuentes las ayudas defensivas a la hora frenar al Aston Villa. Sobre todo por la banda derecha (izquierda del Aston Villa), donde su rival acumulaba su mayor fuente de fútbol. Con esos apoyos a Bellerín a la hora de defender, el equipo consiguió robar balones y minimizar al Aston Villa en ataque por su mejor banda.
Hay que mencionar también su papel con la pelota. Al ser el mejor jugador a la hora de ofrecer una salida de balón (ya que Coquelin es algo limitado en ese aspecto), Cazorla se ofrecía cerca de los centrales para iniciar la jugada de ataque. Es así como el Arsenal subía el balón a través de Cazorla, e intentaba romper alguna línea de presión en un Aston Villa que defendía algo atrás. Este ofrecimiento ofrecía una salida limpia, y cuando Cazorla se desprendía del balón y sus compañeros empezaban a combinar más arriba, el jugador español podía liberarse de una posición tan atrasada y subía hasta la zona de centro del campo y todo el ancho de tres cuartos de campo. Con esto el equipo ganaba también en organización ofensiva, porque con Cazorla la circulación de balón era más rápida, y el español ofrecía a sus compañeros cambios de juego a la otra banda, filtraciones de pase ante desmarques y combinaciones a un toque para romper las líneas del Aston Villa.
Trabajo en banda sobre Delph y Grealish
Si el trabajo del Arsenal defensivamente estaba siendo bueno, en el mejor sector del Aston Villa no fue menos. Héctor Bellerín con esta final ha demostrado haber pasado la prueba en una temporada donde la exigencia hacia él ha sido máxima como lateral derecho, y todo de "rebote". El lateral diestro español consiguió cerrar bien su banda en defensa. Una vez más volvió a demostrar que además de ser un lateral con mucho recorrido, controla bien la transición en ataque y en defensa, y que puede llegar a ser un jugador muy completo. Gracias a su trabajo consiguió suprimir los intentos de Grealish por hacer daño al Arsenal. Su trabajo más el de las ayudas que tenía hicieron que la pareja Delph-Grealish no consiguiera tener demasiada trascendencia ofensiva. Todas las ayudas que recibía a la hora de defender a ambos jugadores hizo que no pudieran combinar como hacen de costumbre. Esas coberturas permitían que cuando Delph o Grealish recibían la pelota, quedaran aislados como islas en un océano, sin dejarles opción a encontrar una ayuda y presionándolos para que no les durara la pelota demasiado en los pies. Además, en ataque, Bellerín volvió a demostrar que es un lateral con muchas cosas que ofrecer. Su velocidad y buena habilidad con los pies le permitió encarar en más de una ocasión a Richardson, llegando a línea de fondo y tirando centros (ojo a la inteligencia de sus centros, pues sabe cuando buscar un balón aéreo o un balón raso para sus compañeros). Además, su tarea ofensiva permitía al equipo ensanchar el campo, dando libertad a Ramsey para que pudiera ofrecerse más por el carril central de tres cuartos de campo. Su juego en ataque y en defensa ofrecieron al Arsenal, una vez más, un motivo para ganar puntos a su rival por la banda.
El Aston Villa con el trío Delph-Grealish-Benteke anulado
El Aston Villa, desfigurado por la buena defensa del Arsenal, pareció darse por vencido al no encontrar soluciones a los problemas que iba teniendo sobre el campo. Su defensa, sin ser la más excelente pero tampoco la más trágica, veía como las acometidas del Arsenal le iban ganando terreno. Su centro del campo se veía desbordado por la cantidad de jugadores que se movían en el Arsenal, y la cantidad de rivales que acumulaban en ataque. Como respuesta a la superioridad del Arsenal, el equipo de Sherwood tenía su esperanza depositada en lo que pudieran hacer en ataque Delph, Grealish y Benteke. Este trío es el que ha "monopolizado" los ataques del Aston Villa desde que Sherwood apostó por el joven Grealish en el once del equipo. Se entienden de maravilla y juegan de maravilla los tres.
Pero lejos de su buen papel en partidos anteriores, en la final de FA Cup se vieron anulados por la defensa del Arsenal. Uno por uno fueron cayendo por lo poco que les ofrecían a la hora de atacar. Cada uno de ellos cuando tenía la pelota parecía un solo contra todos, y solamente Delph consiguió en alguna ocasión romper algún defensa del Arsenal para crear algo de inquietud sobre el área de Szczesny. Es por esto que la influencia, o la desesperación de que los de arriba no pudieran hacer nada, se vio trasmitida en todo el equipo del Aston Villa. Al ver lo poco que podían ofrecer, o lo bien que les estaba inhabilitando el Arsenal, los jugadores parecieron dar por bueno lo que estaba ocurriendo y medio tirar la toalla hasta el final del partido.
Alexis Sánchez y Özil manejando el ataque
El ataque del Arsenal se vio influenciado completamente por los dos jugadores que marcaron cada jugada que tenía el equipo de Wenger arriba. Özil estuvo en la línea desde que volvió de su lesión. Desde ese mismo instante el jugador alemán ha ofrecido su mejor repertorio en el Arsenal. Ha vivido su mejor etapa, y su influencia dentro del equipo ha crecido como la espuma. En ello ha tenido que ver también su técnico, Wenger, que le ha buscado por fin el lugar idóneo para que encajen las piezas del puzzle que está construyendo. Puesto en la mediapunta, Özil demostró en la final que puede ser clave en cada ataque de su equipo. Supo cómo dominar cada jugada, y gracias a él el Arsenal ganó velocidad o pausa en cada ataque. Özil fue llevó la batuta de su equipo para que en los últimos metros encontraran las mejores soluciones. Su importancia en ataque ofreciéndose, y su movilidad por todo el ancho del campo fueron claves para que el Aston Villa acabara desquiciado y sin poder llegar a tapar todos los huecos que iban dejando.
Alexis Sánchez por su parte fue una vez más el toque de gracia del Arsenal. Su labor no solo se basa en lo que hace con el balón, sino sin él también. Es un jugador importante a la hora de atraer rivales, y la cantidad de faltas que saca se presentan cruciales en muchas ocasiones para su equipo. Además, sabe entender qué es lo que tiene que hacer en cada momento, y en el primer tiempo comprendió que sus conducciones podrían cobrar importancia, y en el segundo las combinaciones con sus compañeros. Parte de banda pero su relevancia se ve repercutida en toda la franja de ataque de su equipo. Gracias a su lectura llegó el segundo gol en el minuto 50, asestando un golpe importante al partido y comandando los mejores minutos del Arsenal en el partido (hasta que se marca el 0-3 en el minuto 62). El jugador chileno fue la chispa final para encender un fuego que Wenger estaba haciendo poco a poco.
El Aston Villa con el trío Delph-Grealish-Benteke anulado
El Aston Villa, desfigurado por la buena defensa del Arsenal, pareció darse por vencido al no encontrar soluciones a los problemas que iba teniendo sobre el campo. Su defensa, sin ser la más excelente pero tampoco la más trágica, veía como las acometidas del Arsenal le iban ganando terreno. Su centro del campo se veía desbordado por la cantidad de jugadores que se movían en el Arsenal, y la cantidad de rivales que acumulaban en ataque. Como respuesta a la superioridad del Arsenal, el equipo de Sherwood tenía su esperanza depositada en lo que pudieran hacer en ataque Delph, Grealish y Benteke. Este trío es el que ha "monopolizado" los ataques del Aston Villa desde que Sherwood apostó por el joven Grealish en el once del equipo. Se entienden de maravilla y juegan de maravilla los tres.
Pero lejos de su buen papel en partidos anteriores, en la final de FA Cup se vieron anulados por la defensa del Arsenal. Uno por uno fueron cayendo por lo poco que les ofrecían a la hora de atacar. Cada uno de ellos cuando tenía la pelota parecía un solo contra todos, y solamente Delph consiguió en alguna ocasión romper algún defensa del Arsenal para crear algo de inquietud sobre el área de Szczesny. Es por esto que la influencia, o la desesperación de que los de arriba no pudieran hacer nada, se vio trasmitida en todo el equipo del Aston Villa. Al ver lo poco que podían ofrecer, o lo bien que les estaba inhabilitando el Arsenal, los jugadores parecieron dar por bueno lo que estaba ocurriendo y medio tirar la toalla hasta el final del partido.
Alexis Sánchez y Özil manejando el ataque
El ataque del Arsenal se vio influenciado completamente por los dos jugadores que marcaron cada jugada que tenía el equipo de Wenger arriba. Özil estuvo en la línea desde que volvió de su lesión. Desde ese mismo instante el jugador alemán ha ofrecido su mejor repertorio en el Arsenal. Ha vivido su mejor etapa, y su influencia dentro del equipo ha crecido como la espuma. En ello ha tenido que ver también su técnico, Wenger, que le ha buscado por fin el lugar idóneo para que encajen las piezas del puzzle que está construyendo. Puesto en la mediapunta, Özil demostró en la final que puede ser clave en cada ataque de su equipo. Supo cómo dominar cada jugada, y gracias a él el Arsenal ganó velocidad o pausa en cada ataque. Özil fue llevó la batuta de su equipo para que en los últimos metros encontraran las mejores soluciones. Su importancia en ataque ofreciéndose, y su movilidad por todo el ancho del campo fueron claves para que el Aston Villa acabara desquiciado y sin poder llegar a tapar todos los huecos que iban dejando.
Alexis Sánchez por su parte fue una vez más el toque de gracia del Arsenal. Su labor no solo se basa en lo que hace con el balón, sino sin él también. Es un jugador importante a la hora de atraer rivales, y la cantidad de faltas que saca se presentan cruciales en muchas ocasiones para su equipo. Además, sabe entender qué es lo que tiene que hacer en cada momento, y en el primer tiempo comprendió que sus conducciones podrían cobrar importancia, y en el segundo las combinaciones con sus compañeros. Parte de banda pero su relevancia se ve repercutida en toda la franja de ataque de su equipo. Gracias a su lectura llegó el segundo gol en el minuto 50, asestando un golpe importante al partido y comandando los mejores minutos del Arsenal en el partido (hasta que se marca el 0-3 en el minuto 62). El jugador chileno fue la chispa final para encender un fuego que Wenger estaba haciendo poco a poco.
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