Fotografía: uefa.com |
Hay partidos o eliminatorias que se ven reflejadas en un jugador. En este caso el máximo exponente del primer paso del Liverpool en la nueva temporada de UCL ha sido Sadio Mané. Posiblemente el jugador que mejor ha reflejado al equipo inglés tanto en la ida como en la vuelta. Y es que el peso que ha tenido en ambos partidos, y por ende en la eliminatoria, ha acabado siendo un valor extra para el equipo de Merseyside. Una eliminatoria para nada sencilla, pero que finalmente gracias en gran parte a la gran labor del senegalés (siendo importantísimo en el complicado partido de ida) el equipo de Jürggen Klopp se ha acabado llevando por un total de 6-3.
Mané supo dominar la eliminatoria en dos contextos bastante diferentes. La ida y la vuelta entre Liverpool y Hoffenheim no fueron dos partidos iguales, ya que en Alemania pese a que el Liverpool salió victorioso por 1-2, tuvieron poco el control del balón, sufrieron mucho más y no mostraron capacidad de controlar el partido, ni cuando el marcador iba empate ni cuando se pusieron por delante y tuvieron que administrarlo. No obstante, en la vuelta el partido si fue mucho más controlado por los de Klopp, también beneficiados por el riesgo que debía asumir su rival debido a que necesitaban dar la vuelta a la eliminatoria. De una manera u otra, en ambos partidos Mané supo imponer su calidad y mostrarse intratable para la defensa del Hoffenheim, que probablemente no supo como pararle cuando conseguía encontrar momentos en los que sentirse cómodo pudiendo ir al espacio.
Izquierda: mapa calor Mané ida; Derecha: mapa calor Mané vuelta vía SofaScore |
La eliminatoria del senegalés lleva consigo el juego al espacio. Siempre que tuvo más espacio para atacar a su rival, no solo se mostró más cómodo, sino que pudo dar más a su equipo. Al final, sus acciones no solamente cobraban peso a nivel individual, sino que colectivamente también ofrecían ventajas para sus compañeros. Es ahí donde consiguió marcar la diferencia y hacerse notar. En el partido de ida sus espacios fueron mucho más reducidos, o al menos el Hoffenheim fue algo más cauto de cara a defender dejando mucho campo. Pese a esto, siguieron dejando ciertos espacios defendiendo, y esto unido a la presión que ejercían sobre la salida de balón del Liverpool, supuso que hubiera ocasiones en las que sufrían. Ahí Mané acaparó toda la atención por la banda izquierda sobre todo. No solamente por las recepciones para ayudar a salir hacia arriba, sino porque cuando podía correr siempre fue un plus. Además, durante algunos tramos también se dejaba caer por el carril central para romper a la defensa del Hoffenheim, pero se hizo notar sobre todo cuando tenía oportunidad de llevar a cabo los unos contra uno, o atraer jugadores rivales para que compañeros suyos aprovecharan lo que generaba. Sus conducciones fueron las acciones más peligrosas dentro del partido, sin diferenciar la zona del campo, gracias a ellas conseguía romper las líneas del Hoffenheim y llegar cerca del área rival. Pero no solamente se hizo notar mediante recepciones y llevando él el balón, también a través de balones al espacio donde podía medirse en velocidad con sus rivales. No fue de forma exclusiva un arma para atacar, sino que también ofrecía oxígeno a su equipo sacando faltos o reteniendo un poco la pelota.
Fotografía: liverpoolfc.com |
En la vuelta sin embargo el partido fue bastante más plácido. El contexto de la derrota en casa exigió a Nagelsmann a jugar con una defensa más adelantada. Y eso unido a no controlar el encuentro como en la ida llevó a los de Klopp a poder llevar todo a un ida y vuelta que manejaron no solamente con mucha más solvencia, sino donde se sintieron más a gusto. Y en esta vuelta sería injusto decir que el único o que más brilló fue Mané (también lo hicieron Emre Can o Firmino para disputarle el mejor jugador del partido), pero al final de cuentas el jugador de la eliminatoria ha sido el senegalés. Aquí todo se le hizo más ameno y posible, ya que siempre tuvo más campo para correr. La presión del Hoffenheim no fue eficiente, por lo que el Liverpool conseguía llegar con facilidad arriba, y ahí, con la defensa adelantada todos podían hacer mucho más daño. Su zona de acción estuvo mucho más marcada, y entre combinaciones (ya que estaba más socorrido) y capacidad para ir a encarar o buscar una solución pudo ser mucho más peligroso. Sin ir más lejos su asistencia en el primer gol hacia un Emre Can que le doblaba demuestra que cuando llegaba al área rival, o incluso a 3/4 de campo, se le habría un abanico de posibilidades más amplio que en Alemania. Y ahí supo aprovechar mucho más cada balón que tuvo, o al menos pudo administrarlo mejor debido a no estar tan aislado. Con él, el Liverpool hizo el mejor partido en ataque de lo que va de temporada, mostrándo una gran versión en los primeros 20 minutos de partido. No marcó gol y "solo" dio una asistencia en la eliminatoria (en este 4-2 en el partido de vuelta), pero su previa frente al Hoffenheim fue la de un jugador dominante al que en ningún momento supieron defender sus rivales.
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