No fue plácida la visita del Chelsea al Parque de los Príncipes en la vuelta de la UCL. El equipo de Mourinho, envuelto en un contexto donde se habían vuelto a alejar del Manchester City, pero comenzando a mostrar un bajón que pesa desde el mes pasado (pese a la solvencia que suelen mostrar en los partidos), se vieron acorralados por un PSG que supo cómo buscar las cosquillas al equipo de Mourinho y ponerle contra las cuerdas. Al final Blanc se llevó la "victoria" moral, y aunque el Chelsea, o más bien Courtois, aguantó las embestidas del PSG, si dejaron ciertas dudas que no se habían presentado a lo largo de esta temporada.
Salía Mourinho en Francia con un equipo donde adelantaba a Cesc Fábregas a la zona de mediapunta y mandaba al doble pivote a Ramires con Matic. Algo que puede ser habitual en este tipo de enfrentamientos directos debido a la búsqueda de cerrar mejor la espalda de los centrocampistas (y no exponer a Matic, que es el sostén del equipo). Algo que a priori daba un punto "positivo" al Chelsea debido a la movilidad que podía adquirir en la zona de tres cuartos de campo. Pero lejos de eso, el Chelsea ofreció una imagen un tanto difusa de lo que está siendo esta temporada. Al equipo de Mourinho le costaba organizar el juego, y aunque en el primer tiempo el PSG no apretaba la salida de balón, si que ponía resistencia con una buena colocación. Debido a esto, Cesc Fábregas retrasaba su posición junto al doble pivote, haciendo que Willian pasara a la zona de la mediapunta y Ramires (muy estático) se escorara más a la derecha (Hazard seguía partiendo desde la izquierda). Algo que hizo que el Chelsea variara el esquema de vez en cuando a lo largo del primer tiempo, pasando de un 4-2-3-1 inicial a un 4-3-3 (este segundo sistema se podía ver más en defensa). Pero ni tan si quiera el que Fábregas diera unos pasos hacia tras dotó al Chelsea de un mayor peligro. Solamente Hazard por la izquierda, y de vez en cuando por la derecha, ofrecía cierta producción con la pelota. El belga era el mejor arma del equipo inglés en ataque, y aún con eso el PSG apenas sufría a la hora de defender.
Es por esto, que el equipo francés, con una buena organización en defensa, supo las lejanas acometidas del Chelsea (que jugó más a no fallar que a hacer daño al rival). Algo que se pudo ver con claridad a través de lo juntas que estaban las líneas, y el poco espacio que dejaban por dentro y por fuera. Por dentro el equipo de Blanc se juntaba bien para cerrar espacios, y por fuera cada vez que el Chelsea abría el campo, llegaban jugadores para hacer ayudas o coberturas para así tener mayoría numérica ante un posible enfrentamiento. Marquinhos y Thiago Silva estuvieron muy encima de Diego Costa (totalmente desaparecido en el partido), pero el esfuerzo defensivo se reflejó sobre todo en Matuidi y Cavani. Ambos jugadores fueron el claro ejemplo de lo compacto que estaba jugando el PSG, y de cómo tenían las ideas muy claras ya que equilibrando bien al equipo y replegando bien, tarde o temprano conseguían robar el balón para salir al ataque y dejar expuesto a su rival.
En ataque, el PSG supo entender perfectamente el partido. Las bandas supusieron su punto fuerte, y rápidamente comenzaron a abrir el campo, haciendo que sus laterales tomaran protagonismo (junto a Matuidi de interior por la izquierda). El equipo francés hizo que el campo fuera largo, y tras las combinaciones fueron acometiendo la portería del Chelsea con centros laterales que crearon muchos problemas a través de remates, y que solamente gracias a Courtois no acabaron en gol. Los laterales del Chelsea estuvieron muy expuestos ante las bandas del PSG, y en esta ocasión las ayudas llegaban tarde, o no llegaban. Ahí sufrieron Matic y Ramires, ya que si en el primer tiempo sufrieron para hacer ayudas a las bandas, en el segundo tiempo el PSG hizo también más daño por dentro (sobre todo a partir del gol del empate). Es sintomático ver, a través de los datos de Squawka, como el PSG fue el dueño de los enfrentamientos aéreos en el partido, donde ganó un 71% de acciones por un 29% del Chelsea (donde normalmente destacan). Con un Verratti que partía de interior (en un 4-3-3), cuando el PSG tenía la pelota centraba más su posición para ayudar a David Luiz organizando el juego. De esta forma, Matuidi subía por la banda izquierda, y ofrecía a Cavani la libertad de hacer movimientos hacia el medio (zona de la delantera, junto a Ibrahimovic). Gracias a esto, Matuidi ofreció recorrido en la zona donde sufría el Chelsea, y Cavani se convirtió en el protagonista de su equipo condicionando al rival cada vez que tenía la pelota.
En el primer tiempo el equilibrio en el juego fue más parejo (aunque el PSG dispuso de más ocasiones para hacer gol), pero en el segundo tiempo el PSG se adueñó de la pelota y comenzó a sacar beneficio de la mayoría de acciones de las que disponía en ataque. Conseguía robar más rápido y hacer más daño tanto por dentro como por fuera. El pero para el equipo de Laurent Blanc es que se toparon con Courtois, que es la gran noticia del Chelsea esta temporada. El portero belga condiciona los enfrentamientos de sus rivales (ya se vio en la eliminatoria ante el Liverpool en Capital One Cup). Teniendo en cuenta que la defensa estuvo floja tanto en los laterales como en la zona central, es importante para Mourinho saber que tiene detrás un portero fiable que te ofrece seguridad. De momento, Courtois salvó los muebles en la vuelta a la UCL. Tocará ver qué espera la vuelta en Stamford Bridge, pero el Chelsea mostró una imagen que aún no había mostrado esta temporada, y el PSG hizo crecer su confianza a través de las inseguridades del Chelsea.
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