La historia de Ljungberg en el Arsenal comienza de forma curiosa. Desarrollando su corta carrera profesional en un equipo de su país, Suecia, el Halmstads BK, el Arsenal le ficha en 1998 por 3 millones de libras. Por aquel entonces, y como se sabría posteriormente, Arséne Wenger no había tenido ninguna toma de contacto con el jugador antes de su fichaje. No había visto a Ljungberg jugar en directo, no sabía gran cosa de él. Todo lo que había averiguado era a través de la cantidad de vídeos que había obtenido de él y de los informes que le habían preparado sus enviados para hacerle scouting. Teniendo en cuenta esto, se podría decir que el Arsenal hizo casi con Freddie Ljungberg un fichaje a ciegas, esperando no equivocarse en la decisión que habían tomado (teniendo en cuenta las facilidades de hoy en día).
Con 21 años y llegando a un club que tenía un gran peso histórico en Inglaterra, a Ljungberg no le costó mucho tiempo hacerse un hueco en el equipo, y hacerse un hueco en el corazón de los aficionados. Su debut dejó un gol frente al Manchester United el 20 de septiembre de 1998, donde el Arsenal ganó 3-0. No podía comenzar mejor su historia en el club para copar toda la atención de su entrenador, de los propietarios del equipo y de la afición del Arsenal. Un club en el que aguantaría 9 temporadas y se convertiría en un jugador digno de representar al club.
Su carácter luchador, su sacrificio y su entrega, junto a la manera que tenía de complementarse con los jugadores que le rodeaban, le hicieron ser uno de los jugadores favoritos de la afición. Algo que podía parecer complicado teniendo en cuenta que coincidió con Thierry Henry, Robert Pirés, Patrick Vieira o Dennis Bergkamp. Una afición que fue reconociéndole cada vez con más frecuencia, y que le demostró que el Arsenal es y sería su club para siempre, y que en Londres, siempre tendría abiertas las puertas para entrar a su casa.
El Arsenal, su afición y sus colores no tardaron en copar toda la atención de Ljungberg. Una atención que fue creciendo y que le hicieron demostrar el amor que sentía por el club de Londres cada vez que podía. Y si con salir al campo cada vez que jugaba y derramar hasta la última gota de sudor no bastaba, Ljungberg demostró que siempre llevaría al Arsenal en el corazón de una forma muy peculiar. En la temporada 2001/2002 Ljunberg decidió teñirse el pelo de color rojo. Es complicado no acordarse de esa cresta roja cada vez que saltaba al césped en Highbury. Una cresta roja que le caracterizó y le hizo captar la atención de todos los aficionados al fútbol.
Este gesto lo hizo ni más ni menos que por el Arsenal y todo lo que este club representaba. Ljungberg se tiño el pelo de rojo (un rojo que llamaba la atención) en honor a la camiseta que vestía, y en honor al club para el que jugaba. Un gesto que hizo que en aquella temporada que se tiñó, la 2001/2002, realizara sus mejores números dentro del club. Ljungberg consiguió en aquella campaña hacer 17 goles en los 39 partidos que disputó, y dejó en cada partido patentado su carácter mientras recorría las bandas de los campos de Inglaterra. Y la afición del Arsenal le obsequió por este gesto, haciendo un cántico que repetían cada vez que Ljungberg tocaba la pelota:
“We love you Freddie because you’ve got red hair. We love you Freddie because you’re always there. We love you Freddie because you’re Arsenal through and through”
De esta manera, Ljungberg escribió por si mismo una página de la historia del Arsenal, donde los aficionados y el club serían testigos de lo que era este equipo para él. Posteriormente, Ljungberg siguió siendo un jugador destacado dentro de la plantilla, pero en sus últimos años las lesiones empezaron a mermarle y no dejarle que tuviera continuidad. Y mientras su físico iba perdiendo consistencia y las lesiones le absorbían, su pelo se iba apagando. Un pelo que nunca será olvidado, porque Ljungberg demostró que sentía el rojo y su gesto dejó una de las etapas que más recordaran en el Arsenal.
Hoy en día tiene un puesto/ rol en el club como embajador. El Arsenal no se olvidó de él después de que se fuera al acabar la temporada 2007/2008, al igual que él no se olvidó del Arsenal una vez se fue del club. Ya no veremos a Ljungberg con el pelo teñido de ese rojo vistoso que le caracterizó durante un tiempo, pero si le recordaremos correr por el campo con una cresta que enamoró a la afición del Arsenal, y todo por la pasión por unos colores.
0 comentarios:
Publicar un comentario