Volvían a verse las caras una vez más, Mourinho y Wenger, Wenger y Mourinho. Los entrenadores que han conseguido los dos títulos más importantes de Inglaterra en la última temporada. El Chelsea campeón de la Premier League 2014/2015 ante el Arsenal campeón de la FA Cup 2014/2015. Frente a frente los que, posiblemente, han sido los dos mejores equipos ingleses en la última temporada, y que de alguna manera u otra, se veían a ver enfrentados, esta vez por un título. Y pese a que es un título donde es complicado medir la calidad real de cada equipo, siempre es un choque entre dos fuerzas. Esta vez no sería distinto.
Tanto Mourinho como Wenger sacaban prácticamente sus mejores onces. Los onces de gala ante el estadio de Wembley, ante todo el mundo que estaba esperando que diera comienzo el fútbol inglés. Las únicas dos bajas notables, una por equipo, eran las de Diego Costa por parte del Chelsea y Alexis Sánchez por parte del Arsenal. Unas bajas importantes, pero que no dejaban de lado el espectáculo que suponía el primer trofeo en Inglaterra. Wembley como testigo, Mourinho y Wenger como maestros de ceremonias, y Chelsea y Arsenal como los dos trenes a chocar.
Cazorla por la izquierda, Oxlade-Chamberlain derecha y Walcott como 9
Wenger salió con una disposición donde intentaba paliar la falta en el once de Alexis Sánchez. De esta forma, alineaba en su lugar, por la izquierda, a Cazorla. El español "dejaba" su labor en el centro del campo (en detrimento de Ramsey), para ocupar el sector izquierdo en el ataque. Por la derecha, de esta forma, podíamos encontrar a Oxlade-Chamberlain. Una temporada más con las expectativas por las nubes por ver qué quiere de este jugador Wenger y qué labor encontrará para que sea un jugador importante dentro de la plantilla del Arsenal. Y por último, en punta, salía Walcott. Algo que seguramente será habitual esta temporada, ya que antes de su grave lesión, hace tiempo, pudimos ver cómo Wenger se interesó por utilizarle como 9. Así el técnico inglés buscaba de su equipo precisión, rapidez y buen repliegue a la hora de defender.
Y estos cambios fueron claves en el partido. La posición de Cazorla hizo que el Arsenal volcara el juego en un gran número de ocasiones sobre el sector izquierdo, sobre todo cuando se trataba de sacar el balón jugado. El Chelsea no hacía una presión muy pegajosa, pero siempre es complicado romper sus líneas defensivas. Es así como Cazorla cobró importancia para su equipo. Tanto Ramsey, como en menor medida Coquelin, buscaban al jugador español para combinar y conseguir así filtrar el balón por algún espacio, encontrando a Walcott, u Özil algo más retrasado (jugaba como mediapunta). Y gracias a esta manera de orientar la salida del balón consiguieron que el equipo marcara. En un momento el Chelsea ejerció mal una presión, donde llegaron tarde. Es así como Oxlade-Chamberlain, en la derecha, se quedó libre de defensas (ya que el Chelsea basculó hacia la izquierda). Un pase largo, Oxlade-Chamberlain se quedó solo en un 1v1 contra Azpilicueta, y con un quiebro el jugador inglés conseguía poner de un zurdazo el balón en la escuadra. La movilidad de Walcott, las ayudas a sacar el balón de Cazorla, y la posición de Oxlade-Chamberlain propiciaron que el Arsenal sacara beneficio de estas posiciones.
Lentitud y falta de colocación del Chelsea
El Chelsea notó lo temprano que se juega este título. Pese a que ninguna pretemporada suele ser cerca del país de los equipos (hoy en día), el Chelsea notó la falta de frescura en sus movimientos, tanto en ataque como en defensa. El equipo tuvo errores defensivos que normalmente no suele tener (al menos de esta forma). Algo que se vio claramente reflejado en Matic, el cual acostumbra a ser un jugador con una disciplina y disposición buenísima, y sin embargo parecía perdido dentro del campo. Acudiendo a zonas donde no tenía que acudir y descuidándose de algunas tareas. Algo que se podía percibir casi en todos los jugadores del Chelsea sobre el campo. Además de esto, con el balón se les veía muy espesos, y solamente un Willian muy participativo, y un Remy muy móvil intentaban hacer cambiar las tornas del partido.
Un Chelsea que falto de ideas y llegando tarde en muchas ocasiones vio como no ponía en problemas al Arsenal. Esto no quiere decir que el Arsenal pasará por encima a su rival, pero si la falta de fluidez de los de Mourinho facilitó las cosas a los de Wenger, que en defensa consiguieron mantener la compostura y en ataque supieron cómo hacer cosquillas a un equipo que estaba aún algo perdido después de la pretemporada. Unos síntomas que se vieron a lo largo del partido y que solamente de vez en cuando se veían interrumpidos por alguna jugada aislada que parecía poder llegar a tener peligro. Pero en ningún momento llegaron a concretar nada.
Willian y Cesc intentando hacer mejorar al Chelsea
Durante el segundo tiempo posiblemente el Chelsea gozó de sus mejores minutos durante todo el partido. Sin llegar a ser brillantes, el Arsenal se asentó en mayor medida en su campo, para defender, y dejó la pelota a su rival. El Chelsea no es que se moviera muy bien con el balón en el partido, pero a partir de esto tanto Willian como Cesc Fábregas hicieron que su equipo creciera y consiguiera plantear algún que otro problema (aunque no fuera muy constante) al Arsenal. El futbolista brasileño tuvo acciones importantes a la hora de conducir el balón o hacer algún cambio de sentido. Además, ayudo en el centro del campo a la hora de subir la pelota, o para hacer que el balón circulara más rápido. Pero todo esto tampoco tuvo mucho éxito. Pese a ello, con sus incursiones en el juego consiguió ser el jugador más asociativo del Chelsea. El español por su parte hizo una de las mejores cosas que sabe hacer: pasar. Gracias a él el Chelsea comenzó a tirar un mayor número de desmarques para hacer retroceder al Arsenal. Y junto a esto, recibió varias faltas que supusieron para su equipo ocasiones de peligro (solo hay que recordar lo bueno que es el Chelsea a balón parado). Así llegó la mejor ocasión del Chelsea, mediante una falta que Cech sacó con un paradón en un momento importantísimo.
Tampoco es que lucieran ambos jugadores sus mejores cosas, pero si consiguieron que el Chelsea de vez en cuando pudiera despertar del "letargo" en el que parecía que estaba y creara algún problema al Arsenal, que muy bien posicionado esperaba a su rival para poder salir al contraataque. Ambos jugadores fueron los que quisieron echarse el equipo a la espalda, y en ciertos momentos encotnraron la espalda de los centrocampistas del Arsenal y algún resquicio por el que hacer algo. Pese a intentarlo sin éxito, gracias a ellos el Chelsea intentó tener la última palabra antes de que acabara el partido.
La defensa y el repliegue del Arsenal
A partir del gol el partido dio un cambio de rumbo. El Arsenal, que había salido muy bien, comenzó a ceder en mayor medida el balón al Chelsea (que no siempre se siente a gusto con el). Es así cómo los de Wenger buscaron la situación ideal para llevar la final al lugar dónde querían. Dieron un paso atrás, lo que hizo que juntaran líneas y buscaran cerrar los pocos huecos que el Chelsea pudiera encontrar en sus ataques. Además, el equipo de Wenger basculó muy bien cada vez que tenía que defender, y en rara ocasión dejaban a un jugador solo, a su suerte, que tuviera que enfrentarse con algún jugador del Chelsea. Esto unido a la anticipación, que fue crucial a lo largo de todo el encuentro para el Arsenal, se volvió clave para que consiguieran revertir cada situación que podía parecer peligrosa. Todos juntos y apoyándose en la defensa, consiguieron revertir algunas situaciones que podían parecer complicadas, lo que les daba la posibilidad de recupera el balón y salir disparados al ataque.
Es gracias a el repliegue por lo que el Arsenal, pese a parecer estar a lo suyo en el segundo tiempo, consiguió mantenerse firme en el partido y encontrar algunos momentos donde respirar y poner nervioso al Chelsea. Los jugadores llegaban a su puesto a la hora de defender, y los apoyos y coberturas hicieron que rara vez se vieran en inferioridad numérica. Esto, junto a una presión en el momento oportuno, buscando robar el balón (muchas veces cerca del área), suponía una opción de salir corriendo hacia el ataque. Así se pudo ver sobre el final del partido (aunque ya el Chelsea iba a la desesperada), donde los de Wenger pudieron cerrar el encuentro con dos manos a mano que no concretaron. Los movimientos defensivos del Arsenal demostraron la seguridad con la que estaba el equipo y lo bien mentalizados que estaban los jugadores de no ofrecer al Chelsea situaciones favorables donde pudieran salir perdiendo.
De esta forma, por fin Wenger puso punto y final a su racha negativa con Mourinho en los enfrentamientos "cara a cara", donde no había ganado al técnico portugués nunca. Se estrenaba, y ganando un título. Y pese a que la imagen de ambos equipos en ningún momento fue la mejor que podemos ver, sobre todo teniendo en cuenta a las alturas que estamos antes del inicio de temporada, si se confirmó que el Arsenal esta temporada, con Cech en portería, es un equipo que ya no tiene excusas para no luchar con los de arriba. Tanto Wenger como Mourinho se volverán a ver las caras, y esta vez se codearán el uno con el otro por la Premier League. Porque ya no hay argumento para sacar al Arsenal entre los que luchen por el título. Así abre el apetito la nueva temporada en Inglaterra.
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