En la rueda de prensa previa al Manchester United - Southampton, frente a la primera pregunta que le hicieron a Mourinho acerca de la posible titularidad de Paul Pogba, el técnico portugués dijo que pese a que se había incorporado más tarde que otros compañeros, otros jugadores también lo habían hecho y habían estado preparados cuando jugaron. Expresó que su preparación era la suficiente para estar a punto para ser titular y partir de inicio (dejando la incógnita de si posiblemente estaría para disputar los 90' de un partido). Llegó el partido y Pogba salió al terreno de juego de Old Trafford para debutar como nuevo jugar del Manchester United. Volvía el hijo prodigo a la que un día fue su casa.
José Mourinho partió con un 4-2-3-1 donde ubicó a Pogba en el doble pivote. A falta de que todos los jugadores estén del todo óptimos, Fellaini (que ya jugó en el doble pivote en el partido ante el Bournemouth) fue el elegido para acompañar al jugador francés. Con este centro del campo, Mourinho trató de ofrecer dos roles distintos tanto al belga como al francés. Mientras que Fellaini se ocupó de ser el centrocampista más retrasado, el que cerrase el medio y jugara por delante de la defensa, Pogba tuvo libertad para moverse por el sector izquierdo (el que ocupaba). En este sentido el técnico portugués trato de darle peso dejando que se prodigara en ataque y tuviera menos obligaciones más atrás.
Este movimiento propició que el Manchester United sufriera a la hora de sacar el balón jugado (algo que les viene ocurriendo desde hace tiempo, sobre todo cuando no tienen a Carrick sobre el campo). Es por ello que dos jugadores retrasaban su posición para ayudar en esa faceta. Rooney, que partía por detrás del delantero, tenía libertad para poder moverse por todo el campo del Southampton y también para ayudar en la salida de balón. Mata, el que mayor repercusión tuvo posiblemente, comenzó jugando en la banda derecha intentando tener incidencia en tres cuartos de campo y acabó jugando en muchas ocasiones al lado de Fellaini para poder dar un primer pase claro.
Es por este motivo que al Manchester United le costaba establecer posesiones y aguantar el balón en campo contrario. Con jugadores retrasando posición para ofrecer un primer pase bueno los de arriba o quedaban demasiado aislados (Ibrahimovic en algunas ocasiones) o los balones se perdían después de alguna conducción o intento de combinación o pase largo. Al equipo le costó mucho elaborar jugadas. Pese a ello un centro de Rooney por la izquierda y un cabezazo de Ibrahimovic para poner el primer gol, y la transformación de un penalti posteriormente por parte del sueco de nuevo dejó el partido sentenciado para el equipo local.
Lo mejor que se pudo de ver de Pogba durante el primer tiempo fueron las conducciones, y que pese a su libertad, su gran zancada y largas piernas le permiten corregir fallos que pueda tener al posicionarse. En ese sentido en algún momento tuvo problemas para ocupar su zona de campo o para seguir la marca. Pero también consiguió recuperar balones en defensa y realizar alguna conducción que le hacía llegar arriba con facilidad y combinar. En el segundo tiempo no se prodigo con tanta libertad en ataque, y fijó un poco más la posición para que el Manchester United no sufriera. Pese a que siguió apareciendo de vez en cuando en ataque, tuvo más tendencia interior a la hora de encontrar apoyos y poder soltar el balón.
El partido del Manchester United fue tranquilo, y no sufrió más de la cuenta. De Gea no tuvo que realizar ninguna parada milagrosa como acostumbraba a hacer las temporadas pasadas. Pese a que el Southampton no realizó un mal partido con el balón, le faltó determinación y agresividad a la hora de establecerse en el área del Manchester United. Todo ello facilitó la vida al equipo de Mourinho, que volvió a mostrar una imagen sólida y se volvió a llevar tres puntos. La vuelta de Pogba a casa dejó un buen sabor de boca, aunque Ibrahimovic acabara siendo el protagonista una vez más.
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