Aitor Karanka fue moldeando al Middlesbrough a base de la confianza que le concedía el propietario del club. Como dijo en su reciente entrevista en el medio “El País”: ‘…pero sin la confianza que me demostró el propietario del club es imposible que hoy estuviera al frente del equipo. Perdí los dos primeros y perdí el tercero y al acabar ese pensé: "Aitor, esta historia se acabó". Y no. Vino Steve y me dijo que tranquilo, que la apuesta por mi trabajo era a largo plazo, que entendía que para mí no era fácil pero que no perdía su confianza por tres malos resultados. Y esa confianza me dio la fuerza que necesitaba para seguir apostando por lo que pensaba que era el camino a seguir.’. Tras superar un pequeño bache a finales de la temporada pasada con la plantilla, Karanka acabó reforzando su imagen y la confianza de sus jugadores sobre él para acabar consiguiendo ascender a Premier League.
El camino para el ascenso del Middlesbrough no fue fácil, pero la idea y el camino siempre fue el mismo. A base de constancia y de asentar una forma de jugar tanto Karanka como su plantilla fueron haciéndose más fuertes mentalmente, y también sobre el campo. A grandes rasgos la solidez fue el punto de partida para que el equipo, junto a los fichajes que iban llegando, fueran consiguiendo desarrollar la idea a través de ello y acabar consiguiendo un resultado óptimo que les llevara a donde querían.
Con el ascenso a Premier League, el Middlesbrough se convierte en un equipo complicado. Complicado porque en su plantilla cuenta con jugadores de experiencia, y porque es un equipo que debido a esto en ciertos contextos le es más sencillo adaptarse. Jugadores como Adam Clayton, Ayala o Downing reflejan que es un club que cuenta con jugadores experimentados en el Football League, lo cual ayuda a que esa experiencia que pueden aportar todos (más o menos jóvenes) quede en equilibrio. Frente a la solidez que busca tener en cada partido el equipo de Karanka, también buscan en el apartado ofensivo conseguir ser efectivos de cara al gol. Pese a ello, uno de los problemas que puede verse al equipo de vez en cuando es que depende mucho de alguna acción individual puntual para conseguir materializar las jugadas. Los atacantes para conseguirlo los tienen: Negredo, Stuani, Gastón Ramírez, Jordan Rhodes…tienen armas suficientes para poder sacar crédito a cada jugada ofensiva que dispongan.
Pero ante todo, y de cierta importancia, es que el Middlesbrough intenta dar sentido a cada posesión de la que dispone. Si bien es cierto que cuando se ponen por delante en algunas ocasiones les cuesta mantener el resultado y no dar un paso hacia atrás, sus jugadores técnicamente están capacitados para aguantar el balón cuando lo necesitan o darle mayor velocidad si es preciso (aunque en este aspecto no tengan las piezas idóneas). Junto a ello su juego de bandas y movilidad de los delanteros le ofrecen diferencia a la hora de atacar. Es por ello también que en muchas ocasiones, comenzando jugadas desde la banda, consiguen también encontrar espacio para realizar disparos lejanos, un aspecto importante junto al juego a balón parado.
Al Middlesbrough le falta seguir calibrándose en la Premier League en la que ha sido una vuelta muy sudada. Todavía le cuesta adecuarse a ciertos contextos como cuando van ganando un partido, precisando mejor el posicionamiento para no cometer errores que lleven al equipo a salir perjudicado…Pero por otro lado también es un equipo que defensivamente es sólido y se adapta bien a las circunstancias que vayan surgiendo (el hecho de que Nsue haya acabado en el equipo como lateral derecho, o Barragán pueda jugar de central en alguna ocasión).
Karanka maneja bien su plantilla y maneja bien todo lo que le puede dar cada jugador. Sin ninguna duda el aspecto mental cobra una gran importancia en el Middlesbrough (algo que siempre ha recalcado el técnico español, que le permite transformar en confianza de sus jugadores hacia él y viceversa) para que luego todo se vea reflejado en el campo. Difícil de batir, oportunista con sus ocasiones y con las ideas claras. El Middlesbrough de Karanka es un hueso duro de roer.
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