sábado, 6 de enero de 2018

Tras la cortina de Roy Hodgson

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Fotografía: cpfc.co.uk

La llegada de Roy Hodgson ha supuesto un lavado de cara para el Crystal Palace. Pero por encima del cambio de sistemas, o ciertas variaciones en el juego, lo más importante que ha sufrido el equipo es el cambio de mentalidad. El técnico inglés llegó para dirigir a un equipo que moralmente estaba en horas bajas, porque si algo azotó al equipo en el primer tramo de temporada de la mano de Frank de Boer fue la mala suerte. No obstante, desde que llegó el veterano técnico al equipo londinense, y sobre todo después de que consiguieran resultados positivos, el Crystal Palace ha sufrido un cambio drástico que le ha llevado a que Roy Hodgson haya sido nominado a posible técnico del mes de diciembre. Y es que el equipo solamente ha caído derrotado en uno de los últimos 12 partidos (desde casi mediados de noviembre), algo destacable si además se tiene en cuenta que tuvo en jaque al Manchester City.

Y es que el balance de momento es positivo, sobre todo en las sensaciones que deja el equipo. Y aunque levantar a la plantilla no fue sencillo, poco a poco el Crystal Palace ha conseguido superar un inicio de temporada que dejaba entrever que podía ser una campaña complicada. A todo ello, la vuelta de ciertos jugadores (el periodo en el que Zaha estuvo ausente el equipo lo notó mucho) ha hecho que no solamente el bueno de Roy Hodgson haya encontrado mayor potencial, sino que ha variado el sistema para sacar todo muchas cosas de una plantilla que tenía finalmente bastante que decir.

Fotografía: cpfc.co.uk

Un 4-4-2 que ofrece alternativas


Lo primero que hizo el técnico inglés tras llegar al club fue asentar un sistema. Uno de los problemas que posiblemente acabó teniendo Frank de Boer fue seguramente que no supo asentarse sobre un sistema. Teniendo en cuenta el mal inicio, comenzó a hacer probaturas que pudieran dar resultado al equipo y comenzara así a ir por el buen camino. Como no se dio, es posible que más que mejorar confundiera a muchos de los jugadores. Roy Hodgson estableció un 4-4-2 desde su llegada, un sistema que pretendía potenciar ciertas cualidades de los atacantes, tanto de los que partían desde las bandas en el centro del campo como de los dos teóricos puntas. En un principio, sin Benteke, se nutrió de una delantera donde Townsend y Zaha llevaban todo el peso ofensivo del equipo. Con su movilidad (teniendo que ambos jugadores son de banda teóricamente) trataban de aprovechar mucho las combinaciones entre ellos y las posibles situaciones de uno contra uno que pudieran surgir. Esto sirvió al equipo para tomar una guía, con un centro del campo donde Cabaye suele ser el futbolista que más se descuelga y dos jugadores de banda mixtos.

Ahora bien, la vuelta de Benteke acentuó todo esto. Zaha siguió partiendo como atacante junto al delantero belga y Townsend pasó a jugar en la banda derecha (la que ha ocupado siempre) y por la izquierda se ha establecido Loftus-Cheek. Y en ese rol mixto, tanto uno como otro tienen distinta forma de actuar en el equipo. Towsend suele ser incisivo por la banda, y ayuda bastante al equipo algo más aislado en sus acciones. Su velocidad y buen uno contra uno saliendo hacia fuera o conduciendo hacia dentro en diagonal le dan la opción de ser más independiente de sus compañeros en algunas fases. Sin embargo, Loftus-Cheek suele iniciar las jugadas en la banda pero rápidamente la abandona para tratar de tener una mayor presencia interior y cierta llegada. Es ahí cuando trata de combinar con Zaha para que su equipo se acerque al área, o se nutre del juego de espaldas de Benteke. En este caso, la banda queda para el lateral izquierdo que tiene todo el costado para poder incorporarse. En ambos casos los centrocampistas cobran importancia en el desplazamiento de balón, puesto que aunque sus posesiones han mejorado notablemente, el Crystal Palace sigue siendo un equipo que aprovecha la velocidad y los espacios, con una clara tendencia de movimientos hacia los costados para sacar a los defensas rivales de su zona.

Ahora bien, los dos jugadores que más relevancia tienen dentro del equipo son los dos puntas. En ellos está el mayor peso del ataque y la capacidad de crear un mayor número de ocasiones. Y en este sentido Zaha y Benteke son dos jugadores que se complementan bien en la delantera. Benteke es el futbolista que puede oxigenar a su equipo cuando sufre. Con el juego directo es una respuesta para conseguir mantener la pelota y que sus compañeros se puedan incorporar, y eso le da bastante valor tanto cerca como lejos del área si el Crystal Palace sufre para asentarse arriba. Además, cerca del área es un tipo de delantero con capacidad para combinar bien aprovechando su presencia física, algo que además le otorga peligro a la hora de finalizar jugadas. Por su parte Zaha continua su evolución. Ya no es aquél jugador de banda que destacaba por su zancada y regate. Cada vez domina mejor los espacios cortos, algo que enriquece su juego y su capacidad para ofrecer soluciones a distintos contextos. Dentro de esto, es el jugador que más cosas puede aportar a su equipo. Su movilidad le permite aprovechar los espacios que dejan los rivales para tratar de moverse hacia las bandas y superar a defensas con su regate, pero a su vez es notable la cantidad de veces que trata de combinar por dentro o aprovechar el posicionamiento de los que le rodean para acercarse al área. Su nivel posiblemente está bastante más alto que el del Crystal Palace, y eso su equipo lo agradece en cada acción que interviene. No deja de intentar las cosas, y es algo que necesita su entrenador para poder imponerse a aquellos que se enfrenten.

Pero más allá de la faceta ofensiva, defensivamente el equipo también ha dado un paso adelante. Roy Hodgson ha tratado de juntar las líneas a la hora de defender. Pero lejos de poder echarse atrás, en ocasiones varía las situaciones frente a sus rivales. Es por eso que en más de un momento es común verlos presionar la salida de balón. Y en ese sentido los movimientos que hace cada futbolista suele ser bastante medido para que no dejen en situaciones desfavorables a sus demás compañeros. Por eso en más de una ocasión, aunque fallen en la presión, su repliegue suele ser bueno y los apoyos que se hacen unos a otros es notable para minimizar lo máximo posible las situaciones de desventaja. Gracias a ello, han conseguido que no les lleguen con tanta claridad, ya que una vez se establecen en su campo tratan de hacer todo de tal manera que si el rival llega a su área sus defensas se puedan sentir cómodos y seguros defendiendo (sus centrales contra más cerca del área se encuentren mejor), habiendo encontrado de nuevo la confianza en el juego aéreo por ejemplo. Todo ello ha llevado al Crystal Palace no solamente ha recuperar sensaciones, sino a quedarse fuera de unos puestos de descenso que al principio de temporada parecían no tener salida.




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