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| Fotografía: arsenal.com |
El cambio de cromos entre Manchester United y Arsenal en este mercado de invierno ha llevado a que el equipo de Mourinho se refuerce considerablemente. Pero a su vez, pese a lo que supone la pérdida de Alexis Sánchez para el Arsenal, la llegada de Mkhitaryan supone poder minimizar el impacto de esta marcha. En cierta manera, y teniendo en cuenta la situación, es un negocio donde de distinta manera ambos clubes salen ganando. Y aunque están por ver muchas cosas de ambos, lo seguro es que tanto el uno como el otro mostraran una mayor comodidad en sus nuevos destinos.
La llegada del armenio supone para Wenger una posibilidad de reacción inmediata. No es el mismo futbolista que Alexis Sánchez, pero si puede llegar a ser muy útil para el Arsenal. Ya demostró el nivel al que puede llegar en el Borussia Dortmund, y su temporada pasada y primera en el Manchester United tampoco fue del todo mala, sobre todo en competición europea. Y es que aunque le costó habituarse a su nuevo club (algo que comentó Mourinho en más de una ocasión, diciendo que tenía que pasar por un proceso de adaptación), acabó ofreciendo cosas positivas y se fue nutriendo de la dinámica de un equipo que fue hacia arriba. A veces de forma intermitente, pero el armenio encontró su sitio y en UEL es donde más cómodo se le pudo ver, destacando en más de una ocasión.
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| Fotografía: premierleague.com |
El impacto de Mkhitaryan en su equipo la temporada pasada no fue inmediato. Pese a que si tuvo momentos donde jugar desde el inicio de la temporada, en ciertas situaciones se le veía algo ausente o sin saber qué hacer. Es por ello que Mourinho mostró paciencia para darle cabida en el sistema y juego del equipo. Y al final acabó ofreciendo respuestas a un equipo que ofensivamente tenía preguntas. En un principio su mayor impacto fue jugando por la banda derecha. Desde ahí el técnico portugués trató de encontrar su posibilidad de conducción tanto hacia dentro como hacia fuera. El regate hacia línea de fondo o incluso la posible conducción hacia dentro aunque no fuera en beneficio de ser diestro. Algo que además le permitía aprovechar por banda las apariciones de Valencia ocupando el carril, no necesitando que se abriera tanto.
No obstante, con el paso del tiempo su rol cambio, y su comodidad en la posición también. Si en la banda derecha se le pudo ver cómodo, es en la izquierda o en el carril central donde acabó asentándose y mostrando su mejor versión. Desde esa banda se pudo ver cómo sus decisiones cobraban más sentido. Y es que uno de sus puntos fuertes, las conducciones, se vieron incrementadas pudiendo comenzar en el costado pero tirar diagonales hacia dentro. Algo que además no solamente manejaba a la perfección sorteando rivales, sino que podía aprovecharse de los apoyos de sus compañeros para combinar y continuar la carrera. Pero además de esto, cuando acabó jugando como teórico mediapunta por el carril central, su equipo también se benefició. Y es que Mkhitaryan no solo fue un plus para llevar el balón por dentro, sino que se complementó a la perfección con Ibrahimovic (sobre todo en UEL). Su impacto en cuanto a asistencias disminuyó (solamente 1 entre Premier League y UEL en más de 2000 minutos), pero su aportación goleadora no fue mala (10 goles entre ambas competiciones). Esa especie de sociedad con Ibrahimovic le permitía en más de una ocasión que el sueco ocupara una posición algo más retrasada y él se fuera hacia adelante para aprovechar los espacios que generaba su compañero al ir a intervenir en las jugadas. Una posibilidad que le daba la oportunidad de ocupar o aprovechar los espacios que se generaban cerca del área.
Un elemento útil para el Arsenal
Su llegada al equipo londinense es prácticamente un intercambio de hombre por hombre para el equipo (diferenciando el nivel, claro). En el sistema más utilizado por el Arsenal actualmente, el 3-4-2-1, Mkhitaryan tiene encaje de la misma manera que lo tenía Alexis Sánchez. Y es que compartiendo la mediapunta, seguramente con Özil, el armenio tiene capacidad de generar cosas por el sector izquierdo. Además de esto, puede ofrecer cierta clarividencia a un equipo que pasa por dudas en cuanto a su juego, y que muchas veces no ve por dónde atacar a los rivales. Es por esto que, dentro de la comodidad que muestra el Arsenal cuando puede correr, la vertiginosidad que puede aportar es muy servible para su nuevo equipo. Es por esto que Wenger tiene ante sí la posibilidad de juntar dos tipos de futbolistas con mucha capacidad y a la vez distintos. Özil, al que se le está viendo más que nunca ayudar en la salida de balón, puede ser un lanzador, mientras que el armenio puede ser el conductor del equipo. Pero no solo se queda en eso, sino que al tener cierta libertad ocupando el perfil izquierdo, tiene la posibilidad de iniciar las jugadas desde distintos lugares.
Mkhitaryan enriquece el juego interior del Arsenal, que no estaba obteniendo muy buen resultado esta temporada. Con Wilshere también con tendencia en descolgarse (o prácticamente cualquiera que acompañe a Xhaka), el equipo puede crear sociedades que generen muchas cosas cuando los jugadores se lancen. Además, mencionada su complementariedad con Ibrahimovic, el armenio se puede nutrir de los movimientos y apoyos de Lacazette a la hora de atacar el área. Es por eso que tiene cosas a favor para favorecerse de sus compañeros y viceversa. Sus conducciones, capacidad para pasar al espacio y capacidad de combinación suponen un plus para el Arsenal. Y es que hay que tener en cuenta que el equipo de Wenger en algunas ocasiones sufre de apoyos cuando se planta en campo rival, algo que les acaba ahogando. Es por eso que, con una base donde la movilidad tiene una gran importancia para la parte ofensiva del equipo, Mkhitaryan a priori solamente tiene cosas que sumen. Otorga a su vez una capacidad resolutiva con balón que puede beneficiar al equipo, y que contra más campo tenga para correr más beneficiado se ve. A la espera de que comience a entrar en la dinámica del equipo, seguramente tenga mucho que decir aún en Inglaterra.
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