Fotografía: arsenal.com |
A veces no es tanto la magnitud que se tiene de manera individual, sino la repercusión en todo aquello que te rodea. Unai Emery ha conseguido este efecto, o algo parecido, con Lucas Torreira. El uruguayo, que fue entrando poco a poco en el comienzo de la temporada del Arsenal, no tardó en demostrar (tanto cuando era titular como cuando iniciaba desde el banquillo), que su nuevo equipo le necesitaba. Y es que una pieza como la del nuevo centrocampista del equipo londinense es la que seguramente anhelaban en el club. Alguien que dotara de seguridad al equipo. Conseguir una pieza central que tratara de equilibrar o trascender en todo lo colectivo.
Respecto al comienzo de la temporada, el técnico español apostó por una pareja en el centro del campo donde Xhaka y Guendouzi (una de las sensaciones de la temporada) eran los protagonistas. Con el charrúa partiendo como suplente, cada vez que salía al campo mejoraba la imagen de su equipo. De esta manera, acabó siendo el insustituible en una zona donde por fin parecen haber dado con la tecla en el club (o al menos el inicio de ello). Gran parte de la racha que ha tenido el Arsenal sin perder se ha visto influenciada por el centro del campo, donde Torreira ha sido capital. Sobre el papel era uno de los fichajes del verano en la Premier League. Había intriga por saber cómo se adaptaría, pero en la práctica está demostrando que cada minuto que juega puede impulsar a su equipo a ser mejor.
La nueva cara del equipo ha llevado a que Torreira sea un sostén dentro de lo que quiere Unai Emery. En un conjunto donde la defensa es el punto débil, la aportación de los centrocampistas en las ayudas para que el equipo no se rompa se vuelve vital. Y ahí el uruguayo es un líder nato que en cierta manera otorga un mayor poso de tranquilidad en más de una ocasión a sus compañeros. Hay un Arsenal muy distinto cuando Torreira está más cerca de la defensa o como centrocampista más retrasado, a cuando Unai Emery le deja prodigarse más en campo rival (como últimamente). Es capaz de adaptarse a distintos tipos de contextos a la hora de defender, lo que le vuelve un centrocampista polivalente en este aspecto. Capaz de cubrir zonas amplias o hacer coberturas, ayudar en la presión sobre el rival, e incluso defender más cerca del área cerrando espacios. Lidera en “tackles” dentro del equipo, y es el segundo en intercepciones. Tiene una gran precisión en las acciones defensivas, y aunque en alguna que otra ocasión mide mal, es capaz de levantar a su equipo con ello.
Pero su influencia no es notoria solamente sin balón. Con el, su participación es capital para que el Arsenal pueda orientar los ataques. Sin que el equipo de Unai Emery tenga una salida de balón imponente, el uruguayo es la mejor pieza para realizarla. Sobre todo porque es el futbolista más “ágil” a la hora de mover la pelota. A diferencia de él, Xhaka es un futbolista lento en la ejecución, y Guendouzi aún está en un punto intermedio entre aprovechar su pase y las conducciones. Torreira juega a pocos toques generalmente, y se posiciona tanto cerca de los centrales como más caído a una banda…lo que permite al Arsenal también encontrar las bandas como mejor opción en la salida desde atrás. El charrúa es el segundo futbolistas que más pases lleva en Premier League con el club londinense tras Xhaka, pero se podría decir que su aportación suele ser más trascendental en términos de apoyos y movimiento del balón.
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