viernes, 25 de marzo de 2016

Una nueva etapa

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Es pronto, quién sabe si demasiado. Inglaterra se está reinventando, o más bien buscando su nueva senda, de cara a la Eurocopa de Francia. Y más que como presente, Inglaterra busca sobre todo establecer las bases para un futuro. Un futuro que a medio o largo plazo sea más brillante que el pasado. Un pasado algo aciago donde destacaron más los nombres y la imaginación que la realidad de un rendimiento óptimo. Roy Hodgson, casi lo más parecido a un dinosaurio en el fútbol, está dando los primeros pasos para que la selección inglesa pueda comenzar una nueva etapa. Una etapa que cae de pies en una selección que ha dejado más decepciones que alegrías en los últimos años.

La columna vertebral del futuro de Inglaterra

El futuro de Inglaterra se establece bajo unos nombres: Jack Butland en portería (1993), John Stones en el eje de la defensa (1994), Dele Alli y Ross Barkley como centrocampistas de ataque (1996 y 1993) y Harry Kane junto a Raheem Sterling en el ataque (1993 y 1994). Muy jóvenes, pero todos mostrando que el futuro de la selección gira en torno a ellos. Probablemente sea esta una generación de jugadores (sin que hayan nacido en el mismo año) que den una vuelta de tuerca a la selección. Una selección que lejos de nombres tiene que encontrar la senda de competir, y que más allá de lo que un jugador muestra en su club, llegue a rendir de la misma manera en la selección.

Jack Butland está demostrando que la línea continuista en la portería de Inglaterra puede seguir dándose. El final no está en Joe Hart, y pese a que la sombra de Forster acecha, Inglaterra posiblemente nunca gozó de tanta salud bajo los palos. John Stones probablemente es un defensa que pese a su temporada, donde ha bajado el nivel después de un verano convulso, tiene la ambición de ser uno de los grandes centrales que haya dado Inglaterra. En una entrevista a FourFourTwo ya lo dijo :"Quiero ser una mezcla entre Rio Ferdinand y John Terry". Ambicioso y con unas condiciones envidiables. Aún le queda mucho por mejorar, pero puede ser un pilar en el futuro de la selección. Como centrocampistas, tanto Dele Alli y su extraordinaria aparición en Premier League como Ross Barkley y su influencia en el Everton, son los dos nombres más destacados en el futuro de Inglaterra. Probablemente a los dos jugadores que se agarre una selección que pese a haber tenido siempre talento en la posición que juegan, nunca haya podido ensamblar tan bien dos piezas. Y como atacantes, el desparpajo y velocidad de Raheem Sterling junto a la inteligencia de un delantero como Harry Kane (ambos ya más contrastados pese a tener algún altibajo). El futuro está asegurado.


Una selección con un respaldo en el mediocentro

Probablemente la posición que más ha ido adoleciendo Inglaterra con el paso de los años es la del mediocentro. Una figura que parecía que nunca llegaba, y cuando llegaba era tarde. Parker, Carrick...jugadores que con una edad llegaban a la selección con condiciones de titular pero que no lo acababan siendo. Ello ha llevado a Hodgson a probar en diversas ocasiones a Wilshere, el cual necesita demasiado respaldo para jugar como pivote. Delph, el cual se aprovecha más cuando tiene campo que recorrer en ataque y defensa. Shelvey, el cual pese a su buen inicio de temporada ha bajado el nivel considerablemente, y que también necesita de un apoyo atrás debido a que se desenvuelve mejor cuando puede llegar. Todos probados pero ninguno convenciendo.

La irrupción de Eric Dier y Danny Drinkwater esta temporada ha demostrado que Inglaterra tiene de donde tirar para cubrir la posición de pivote. No tienen tanta imaginación como otros, ni distribuyen tan bien el juego. Pero ambos tienen una faceta que Inglaterra pedía a gritos reparar desde hace tiempo: dar equilibrio. Dier se ha hecho con el puesto de centrocampista en el Tottenham, y sobre todo ha hecho que su presencia tenga peso en el equipo. Presiona, roba balones, abarca campo y es el mejor compañero para los que le rodean, jugadores con más creatividad pero menos oficio. Drinkwater pasa por sorpresa en la temporada, como el Leicester, pero su papel es vital para que el equipo esté arriba (como cada jugador del equipo). Es el jugador más creativo del centro del campo, y sin ser excesivamente bueno con el balón en los pies (lo cual no quiere decir que sea malo), es inteligente. No se complica la vida y sabe dónde tiene que pasar el balón y en qué momento (uno de los logros del Leicester es dominar esta faceta a la perfección, el dónde, cuándo y cómo). Y además ofrece equilibrio. Es un soporte defensivo para el equipo. Y aunque no es el que más brilla abarcando campo o robando balones, se posiciona bien.

Dos jugadores que pueden dar a la selección lo que le falta. Una selección que lejos de dominar en cada uno de los encuentros que disputa, muchas veces sufre a la hora de defender. La necesidad de una extensión de la defensa, y alguien que organice al equipo a la hora de defender ha encontrado dos nombres. Está por ver cuál de los dos será el que cuente con mayor participación, pero se ha vuelto en una figura vital para el futuro inglés.

Mientras Inglaterra prepara el presente más próximo, que es la Eurocopa de Francia, con vistas a no decepcionar una vez más, va labrando su futuro para ser la selección que siempre parece que será pero nunca llega a ser. Una vez más, los mimbres son buenos, habrá que ver si está vez la individualidad llega a encontrarse en un colectivo que esté a la altura.


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