domingo, 22 de enero de 2017

Un duelo de sensaciones

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Manchester City y Tottenham se repartieron los puntos en un partido donde posiblemente se volvieron a ver chispazos de que el equipo de Pep Guardiola por un buen camino puede ser un equipo peligroso, y también donde los de Pochettino volvieron a demostrar que el paso hacia delante que han dado con el paso del tiempo les ha puesto en lo alto del fútbol inglés. Un partido con dudas donde ambos acabaron encontrando respuestas, y donde pese a que el empate no llega a ser el resultado idóneo ni para uno ni para otro, el 2-2 dejó cosas positivas con las que se puede quedar cada equipo.

Kevin de Bruyne como protagonista

Una vez más el belga fue la nota más positiva del Manchester City. No solo se le ve integrado totalmente ya al sistema de Guardiola, sino que sobre el campo se ve a la perfección que es importante que intervenga para que el equipo pueda plantear los ataques. Si bien es cierto que con espacios sabe aprovechar muy bien sus cualidades, la libertad de la que le ha dotado Guardiola le ha dado la posibilidad de no solo aparecer cuando el equipo corre. Es por eso que a De Bruyne se le ve aparecer por muchas zonas del campo y siempre con la intención de ser un apoyo para que sus compañeros tengan una vía de pase.

Ante el Tottenham además lo más importante fue la constancia en sus acciones. No se aleja del balón, y teniendo en cuenta la dificultad del Manchester City en ocasiones para plantarse en campo rival, él ayuda en esas transiciones para aparecer cuando puede al inicio del ataque (donde también tiene peso Silva) y cuando el equipo llega a la frontal del área. Un partido más en el que demuestra lo valioso que es para su equipo, su entrenador y sus compañeros.


Rose, Walker y la reacción del Tottenham

Pep Guardiola se deshizo en elogios en la rueda de prensa con ellos. Dijo que Rose y Walker son la mejor pareja de laterales que hay en la Premier League. Y es que ante el Manchester City volvieron a demostrar la importancia que tienen en el sistema de Pochettino. Ambos con sus virtudes, son capaces de dar respiro a su equipo en momentos donde esté sufriendo. Y es que ambos laterales se hacen dueños de los carriles que ocupan. Es en este sentido como en alguna ocasión el Tottenham se sacudía el dominio del Manchester City, y atacando por las bandas (posiblemente la zona más débil del equipo de Manchester) consiguieron hacer una vez más mucho daño. Juegan como carrileros pero prácticamente parecen extremos, y en defensa siempre están en el momento oportuno para tapar el hueco que ocupan.

Junto a la actuación de sus carrileros, es destacable también la reacción del Tottenham en el Etihad tras ir 2-0 en el marcador. En ambos goles con error de Lloris (algo rarísimo todo hay que decirlo), lejos de venirse abajo intentaron buscar las cosquillas en defensa al Manchester City (donde peor rendimiento están ofreciendo) y cuatro minutos después del 2-0 consiguieron ponerse 2-1 con un gol de Dele Alli que todo lo que toca cobra importancia. Eso junto a la dirección de campo de Pochettino dando entrada a Son (al comienzo del segundo tiempo) dieron al Tottenham un arreón para conseguir empatar el partido.


Mejores sensaciones pero insuficientes

Mientras que el Tottenham llegaba al partido con una sensaciones totalmente positivas, garantizando seguridad a la hora de defender y siendo un peligro constante a la hora de atacar, el Manchester City llegaba con sensaciones dispares tras la dura derrota frente al Everton. Pero lejos de eso, los de Guardiola realizaron un partido positivo, con actuaciones de sus jugadores muy buenas. Consiguieron hacerse con el balón (tampoco con una diferencia de posesión abismal) y a partir de ahí intentaron trabajar bien cada posesión que tuvieron. El Manchester City siguió mostrando cierta dificultad en algún momento para plantarse en campo rival para atacar, pero en este sentido lo hicieron mejor que en partidos anteriores y crearon ocasiones de peligro que pudieron suponer que hubiera más goles.

El aspecto negativo sigue siendo cuando no tienen el balón. Al equipo se le ve vulnerabilidad a la hora de ocupar los espacios en defensa. Y aunque en el primer tiempo en cierto sentido no sufrieron (exceptuando tal vez los laterales), cuando el equipo nota que la presión del partido va aumentando no otorgan seguridad en las acciones defensivas. Algo que a su vez se ve trasladado a la portería, donde Claudio Bravo está en un momento delicado. Es una espiral de la que el Manchester City tiene que intentar salir, puesto que les ocurre en algunos partidos que la fragilidad defensiva les lleva a ser frágiles mentalmente y no sacar resultados positivos. Una vez más tuvieron en su mano todo, y volvieron a ponerse nerviosos.

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