Fotografía: tottenhamhotspurs.com |
Mourinho y Pochettino afrontaban su primer gran duelo de la temporada en Old Trafford. Ambos entrenadores, con la necesidad de ganar (como viene a ser siempre habitual en estos duelos), tenían el primer gran examen de la temporada. Sus equipos, con sensaciones encontradas en los dos partidos anteriores (para el Manchester United la cosa bastante mejorable, para el Tottenham cosas positivas y alguna negativa), llegaban a este duelo con ganas de despejar las dudas y comenzar a subir los escalones necesarios para no perder de vista a los demás rivales. Y es que la Premier League deja poco respiro, y cada punto en un duelo directo puede suponer la diferencia para estar arriba durante la temporada.
Mourinho salía con un equipo cargado de centrocampistas. Ander Herrera, Matic, Pogba y Fred compartían nombre en el once de su entrenador. A falta de ver la disposición, el técnico portugués parecía querer paliar con ello el juego interior del Tottenham. Por su parte Pochettino salía con un once de garantías, teniendo en cuenta la falta de Son, Lucas Moura seguía como uno de los nombres a habituarse esta temporada, y seguramente lo que más podía sorprender era que Danny Rose saliera titular en el lateral izquierdo.
Mourinho salía con un equipo cargado de centrocampistas. Ander Herrera, Matic, Pogba y Fred compartían nombre en el once de su entrenador. A falta de ver la disposición, el técnico portugués parecía querer paliar con ello el juego interior del Tottenham. Por su parte Pochettino salía con un once de garantías, teniendo en cuenta la falta de Son, Lucas Moura seguía como uno de los nombres a habituarse esta temporada, y seguramente lo que más podía sorprender era que Danny Rose saliera titular en el lateral izquierdo.
XI Manchester United: De Gea-Ander Herrera, Smalling, Jones-Valencia, Pogba, Matic, Fred, Luke Shaw-Lingard, Lukaku
XI Tottenham: Lloris-Trippier, Alderweireld, Vertonghen, Danny Rose-Dier, Dembélé-Eriksen, Dele Alli-Lucas Moura, Harry Kane
Ander Herrera como central
Mourinho salió con un once donde la primera sorpresa se veía con claridad. Ander Herrera no se disponía como centrocampista en el césped, sino que el portugués le posicionaba en una línea de tres centrales a la derecha. Y el español dejó algunas cosas positivas dentro del partido. Teniendo en cuenta la mayor posibilidad de salir jugando con el balón jugado, en la presión que impuso el Manchester United también fue un futbolista bastante útil. Y es que los red devils trataron de implantar en el partido un ritmo que desbordara al Tottenham (por momentos lo consiguieron), y donde el ida y vuelta fuera lo primordial (no dejar que el Tottenham tuviera el balón todo lo que quisiera y cómo quisiera). Ander Herrera se adaptó bien a lo que tenía que hacer, y pese a algún que otro problema que pudo tener cuando el rival se acercaba a su área, su partido no fue malo. Con balón adelantaba unos metros en más de una ocasión, lo que permitía a Matic tener un acompañante más cerca (Fred y Pogba se descolgaban). Pero sobre todo, este adelantarse unos metros le permitía que ante pérdida, pudiera por la derecha salir siempre a los balones divididos cuando el Tottenham quería salir corriendo, o encimando a los rivales para no dejarles darse la vuelta. Una vez más Ander Herrera (como parche en esta posición seguramente) demuestra lo útil que es para su equipo.
Luke Shaw y Valencia por los costados
Dentro del encuentro que planteó el Manchester United, sus carrileros cobraron un papel importante ofensivamente. Tanto Valencia por la derecha como Shaw por la izquierda estuvieron muy activos cuando su equipo tenía el balón. Y es que una vez manejaban la pelota, rápidamente su tendencia era la de abrir el campo y tratar de profundizar por el costado lo máximo posible. Ahí el Manchester United tuvo mucha tendencia no solo a salir por las bandas a la hora de atacar, sino plantear jugadas ofensivas que tuvieran presente a los carrileros. Pogba, Lingard, Fred o Lukaku tuvieron cierta libertad de movimientos para intervenir en ataque, y esto llevaba en más de una ocasión a que los tres primeros combinaran bastante tanto con Shaw como con Valencia. El partido además les exigía cubrir con rapidez la banda, subiéndola y bajándola constantemente (en defensa se podría decir que sufrieron más), y teniendo un rol bastante activo dentro del partido. Se podría decir que tanto Trippier como Rose no encontraron mucha comodidad debido a los ataques por las bandas del Manchester United.
Una diferencia defensiva
Si algo desequilibró el partido entre Manchester United y Tottenham fue la defensa. Pese a que el 0-3 final puede ser algo engañoso, tanto el primer tiempo como ciertos momentos del segundo dejaron ver la gran diferencia que hay entre ambos equipos. A día de hoy el Tottenham es un club con más empaque colectivo, con futbolistas de mucha más calidad en la línea defensiva. Esto le permitió a, pese no estar cómodo en gran parte del partido, saber sufrir para acabar aprovechando sus ocasiones. Y es que el Manchester United tuvo un encuentro donde volvió a quedar marcada la falta de calidad en la defensa, y también las complicaciones colectivas que tiene al defender. Un equipo que durante el primer tiempo no sufrió en exceso y consiguió desbaratar al Tottenham, pero que en el segundo por errores (suelen tener en todos los partidos) acabaron pagándolo caro. La seguridad defensiva en el Manchester United es algo que va y viene, y una buena salida del Tottenham en el segundo tiempo permitió al equipo de Pochettino ponerse 0-2 en un abrir y cerrar de ojos. Aprovecharon la debilidad defensiva de su rival saliendo metidos al partido, y tanto por la banda como por dentro castigaron los errores de posicionamiento del equipo de Mourinho. Al Manchester United aún le falta recorrido, y sobre todo jugadores contrastados en la posición (seguramente), para subsanar los errores que tienen.
Lucas Moura como interprete
Si hubo un jugador destacado dentro del partido de Old Trafford, ese fue Lucas Moura. Y fue protagonista porque más allá de los goles supo adaptarse a lo que pedía el partido en cada momento. Dentro de la incomodidad del Tottenham (colectivamente), seguramente fue el único futbolista del equipo londinense en sentirse cómodo. Y es que sin que pudiera tener el balón su equipo, y compartiendo delantera con Harry Kane, cada vez que cogió el balón y tuvo metros para avanzar supuso cierto peligro para el Manchester United. Ante la imprecisión de un encuentro marcado por el alto ritmo, el brasileño condujo el balón en más de una ocasión, superando a futbolistas rivales y consiguiendo que su equipo se acercara al área de De Gea. No tuvo un gran cúmulo de ocasiones, y no fue un encuentro que en cuanto a asociación destacara, pero si se movió bien por dentro e intervino de la mejor manera posible. Al final, su partido se vio recompensado con dos goles en el segundo tiempo. Y es que Lucas Moura, poco a poco, parece estar adaptándose bien a lo que le está pidiendo Pochettino. Cada vez se le ve más cómodo moviéndose, pero sobre todo cada vez parece sentirse más seguro interviniendo y llegando al área. Y en un partido así, seguramente el Tottenham necesitaba algo que rompiera con lo establecido para poder castigar al Manchester United. Y Lucas Moura lo hizo.
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