domingo, 12 de febrero de 2017

Una vuelta a lo grande

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Tras un enero complicado donde solo conocieron la victoria en un partido ante Plymouth, el Liverpool inicio febrero con una derrota que hizo saltar las alarmas. Las bajas en el equipo, la marcha de Mané a la Copa África y la pérdida de mordiente en los jugadores les llevó a cosechar malos resultados. Pero qué mejor manera que volver a verse la cara ante un rival directo para intentar cambiar la tendencia. Y es que es conocido que desde la llegada de Klopp el club de Merseyside muestra sus mejores armas cuando tienen en frente a un rival pesado. Esta vez era el Tottenham de Pochettino, posiblemente uno de los que más difíciles pone las cosas a su rival y qué mejor plan tiene en los partidos (se presentaban tras 11 partidos consecutivos sin perder). Pero como todo son tendencias, el Liverpool se reencontró consigo mismo y se llevó un partido (2-0) que puede revitalizarles de nuevo y no dejar que caigan en la lucha por los puestos de arriba.

La presencia de Sadio Mané

Si en algo se puede resumir el partido de Mané para la defensa del Liverpool es dolor de cabeza. Porque desde un principio ya tomó el protagonismo que pedía un partido tan importante como este, ante el Tottenham y en Anfield. Y para más inri, la baja de Rose marcaba todas las flechas para buscar al senegalés y que destrozara a Ben Davies y a la defensa del club londinense poco a poco. Y fue así, primero fue el lateral izquierdo galés el que le sufrió una y otra vez cada vez que cogía el balón. Y con el panorama favorable, donde Mané superaba una y otra vez a su par, se unieron a la fiesta todos los que le rodeaban para potenciar y enriquecer más aún el ataque del Liverpool. Firmino le apoyó de tal forma que ambos permutaron sus posiciones para castigar a la defensa del Tottenham, y Coutinho en la banda izquierda se enfocó en molestar lo máximo posible a Walker.

Cada minuto de partido suponía una gota más de sudor para la defensa del Tottenham y un mayor momento de disfrute para el ataque del Liverpool. Mané cogió las riendas del partido, y aunque partió desde la banda derecha como siempre, la movilidad y cierta libertad que le otorga Klopp y el ataque de su equipo le permitió aprovechar los espacios que se iban generando o que el Tottenham permitía en su defensa. Eso unido a la búsqueda de recuperar el balón rápido dio la posibilidad de que su primer tiempo fuera descomunal. Estuvo más despierto que nadie, con más hambre que cualquiera y eso le permitió marcar dos goles que pudieron ser más de no ser por Lloris.


Los problemas defensivos del Tottenham

La delantera del Liverpool se impuso con total claridad a la defensa del Tottenham. En ningún momento la línea de cuatro de Pochettino se sintió cómoda sobre el campo. Y es que las acciones se vieron muy marcadas principalmente por dos nombres: Dier y Davies. Ninguno de los defensas podía tener total tranquilidad en las acciones atrás. Y además ambos jugadores, ocupaban el flanco izquierdo de su campo, donde actuaban Mané y Firmino. Los dos jugadores más móviles en ataque y que más intercambiaban su posición para encontrar espacios. Además, a ellos se les unía Lallana en más de una ocasión o alguna subida de Clyne. En ningún momento Dier y Davies supieron medir bien las acciones. En algunos balones tuvieron exceso de confianza que les supuso perderlos, tanto cuando iban a iniciar una posesión propia o cuando era un balón al espacio que parecía controlado. Esta inseguridad también se contagió al otro sector.

Si bien es cierto que Walker y Alderweireld estuvieron "más correctos" (o al menos que no tuvieron los errores que tuvieron sus dos compañeros), se puede decir que cuando en una línea sufre uno, o en este caso dos, todos los demás se ven perjudicados. El Tottenham ocupó mal los espacios, ofreciendo demasiado campo a los jugadores de ataque del Liverpool. Además, en más de una ocasión la espalda de los centrocampistas permitía que Coutinho, Firmino y Mané recibieran el balón y a partir de ahí comenzaran a dañar zona por zona el campo del Tottenham. Sorprende esto puesto que, el equipo de Pochettino, se puede decir que es uno de los más disciplinados a la hora de defender. Hoy posiblemente se encontraron más perdidos que nunca (mención aparte las bajas de Vertonghen y Rose, las del sector izquierdo de la defensa).


La inoperancia con balón

Si el Tottenham se vio incómodo en defensa, en ataque no fue muy distinto. Básicamente tuvo poca respuesta a cómo estaba el Liverpool sobre el césped. No pudo tocar el balón con la efectividad y claridad que suele tener, no llego arriba bien y generalmente sus piezas parecían totalmente desconectadas unas con otras (Eriksen el más perjudicado frente al posicionamiento del Liverpool). Posiblemente algo positivo del partido, o destacable, fue las intervenciones de Dele Alli. Frente a la dificultad de su equipo para llegar arriba y poder armar ataques, muchas veces abarcando bastante campo era el hilo conductor para poder ir más arriba. No siempre fue efectivo, porque el Liverpool defendió bastante bien, pero si tuvo acciones que mostraron buenas cosas. Aún así el equipo de Pochettino no vio en ningún momento un cambio de tendencia durante los noventa minutos. No tuvo control, ni dominó en alguna etapa. Con ello y con posesiones con poca claridad, se fue diluyendo poco a poco según se consumía el tiempo.

Tal vez algo que se echó en falta en el segundo tiempo y con todo en contra fue una respuesta positiva. Si bien es cierto que el técnico argentino dio entrada a Winks en el minuto 68, por un Eriksen que estuvo muy bien tapado, no ofreció una solución o un cambio de rumbo. Frente a los problemas del equipo, esto y los cambios algo tardíos (tal vez) de Sissoko (min 77) y Janssen (min 82) no dejaron al Tottenham intentar crear problemas y encontrar la formula para revolucionar el partido para sacar algo favorable (algo que en otros partidos les sirvió). Todo ello además se acentuaba con cada perdida que sufrían, puesto que el Liverpool estuvo muy bien y cada vez que  el balón llegaba a los de arriba el desgaste al que sometía al Tottenham (en defensa y colectivamente) era importante.

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