miércoles, 28 de junio de 2017

Inglaterra sub-21 en Polonia (IV)

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Inglaterra se volvía a enfrentar a unas semifinales de un Europeo sub-21 después de mucho tiempo. Desde 2009 no disputaba una fase tan alta, y en aquella ocasión se enfrentó a Alemania en una final donde acabaría cayendo derrotada por 4-0 en Suecia. De menos a más, Boothroyd había ido introduciendo cambios que habían ido potenciando a la selección. Y en esta ocasión no sería menos, Chalobah que era duda acabaría llegando, pero Redmond comenzaría el partido en el banquillo. El técnico inglés volvería al 4-3-1-2 introduciendo a Will Hughes, formando con él y Ward-Prowse de interiores, Chalobah como pivote, Baker cerrando el rombo como enganche y en punta Tammy Abraham y Demarai Gray.

XI Inglaterra: Pickford-Holgate, Chambers, Mawson, Chillwell-Ward-Prowse, Chaloba, Will Hughes-Baker-Demarai Gray, Tammy Abraham

Y el inicio de los ingleses fue algo fulgurante. Los cambios dieron cierto resultado e Inglaterra comenzó con bastante ritmo el encuentro. Will Hughes apareció descolgándose para ofrecer cosas a su selección. Mediante chispazos, sus conducciones y retenciones de balón imposibilitaban a Alemania recuperarlo con facilidad. Durante los primeros 10-15 minutos Inglaterra intentó ser un rodillo para adelantarse. Demarai Gray también estuvo presente cayendo hacia la banda derecha, donde generlamente trataba de encarar o buscar alguna combinación para ir a finalizar la jugada. Ahí Inglaterra también descubrió que el balón parado podía ser una baza, y entre el buen pie de Ward-Prowse y la inseguridad alemana en los balones aéreos los ingleses dispusieron de 3 ocasiones que remataron con cierta comodidad pero no acabaron en gol.

Tras esto el ritmo del partido bajó, y con menos revoluciones Alemania comenzó a controlar mucho más la situación. Sus pases fueron mucho más claros y seguros, y sobre todo tuvieron más posibilidades. No perdieron el balón con tanta facilidad, lo cual les facilitó llegar más arriba. Y ahí, con un gran Arnold que fue la cabeza pensante de su selección todo el rato, consiguieron encontrar el punto débil de Inglaterra y a partir de ahí comenzar a dañar a la defensa rival. La espalda de Chalobah se convirtió en el foco, ya que con el mediocentro inglés como único apagafuegos, todo lo de su alrededor quedaba libre. Tanto Hughes como Ward-Prowse llegaban tarde a las ayudas, algo que aprovechaba Alemania. Y a esto se unía lo poco socorridos que estaban los laterales ingleses, donde Alemania supo hacer subir a los suyos y dominar las bandas (sobre todo la derecha). Ahí comenzaron a generar mucho más y aprovechar los espacios que dejaba Inglaterra, que llegaba tarde siempre a tapar los huecos. Y los alemanes consiguieron adelantarse con un gol de Selke, aunque rápidamente Inglaterra tras un balón parado pudo empatar mediante Demarai Gray.

En el segundo tiempo Inglaterra trató de salir con el mismo ánimo que al inicio del partido. Boothroyd hizo un cambio para máximizar el ataque y tratar de frenar a los alemanes en defensa. Cambio a Baker de posición llevándole al interior (insólito en el primer tiempo) y Will Hughes pasó a jugar como enganche. Y gracias a los chispazos del segundo, con una jugada magnífica conduciendo el balón hacia línea de fondo y dando un pase de la muerte, Tammy Abraham consiguió adelantar a los ingleses y poner el partido 2-1. A partir de ese momento, Inglaterra prefirió replegar para defenderse y salir al contragolpe. Si de por sí no se les dio bien, cuando Chalobah cayó lesionado todo se agravó. Alemania tomó el control de nuevo y con un buen inicio de las jugadas en el centro del campo atacó muy bien las bandas, donde Toljan se hizo dueño y señor de la banda derecha, con una gran presencia ofensiva y superando a los rivales para crear ocasiones de peligro. Con Inglaterra entregada a los balones largos hacia Tammy Abraham, que prácticamente tenía que buscarse la vida solo frente a los rivales, intentando sacar petróleo y posteriormente  esperar a sus compañeros, Inglaterra se minimizó mucho. Además, los ingleses dieron un paso atrás, por lo que Alemania llegaba con muchos efectivos en ataque (cosa facilitada porque Inglaterra solo descolgaba a su delantero), y siempre encontraba posibilidad de combinación. Consiguieron empatar, y si no dieron la vuelta al marcador fue por su poca efectividad en los metros finales. Inglaterra vivió de una forma agónica hasta el final de los noventa minutos, pero mantuvo el empate a 2.

En la prórroga Alemania trató de seguir le tendencia con la que había acabado. Amiri comenzó a ser el futbolista más desequilibrante de su selección, pero fue insuficiente porque el cansancio comenzaba a acumularse. Poco a poco fueron decayendo las ganas de ir a por el partido (en parte porque podía acabar perjudicándote), y los penaltis se convirtieron en el desenlace final. Tanto Alemania como Inglaterra fallaron el segundo penalti, pero en el quinto tras ponerse por delante Alemania, Pollersbeck miró bajo su media la chuleta que tenía sobre la pena máxima y consiguió adivinar el lado al que lo tiró Redmond. De esta forma, Alemania volvía a imponerse a Inglaterra y se metía en la final del Europeo sub-21 de Polonia.

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