martes, 2 de diciembre de 2014

Recoger los frutos

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Recuerdo que la primera vez que me interesé por Ki Sung Yueng fue cuando GolTV hizo un reportaje sobre él cuando llegó al Celtic y ya había jugado algunos paritdos. Por aquél entonces lo estaba haciendo muy bien en este equipo, y no se hablaba de él como un jugador de presente sino como un jugador de futuro. Se hablaba de él muy bien, e incluso había gente que se aventuraba a decir que por condiciones podía llegar a ser el mejor jugador en la historia de Corea del Sur. Apuesta arriesgada pero nada descabellada si se le veía jugar. Un jugador alto, asiático, de ese tipo de jugadores que salen en el continente asiático. Menudito, con clase, técnica...mucha para la altura que tenía (1'87 metros). Impresionaba verle, impresionaba ver como manejaba la pelota. Ki estaba labrando su camino, su futuro, el que le convertiría en un gran jugador.

Y tras varios años en el Celtic de Glasgow (desde 2009 hasta 2012) acabó fichando por el Swansea. Llegaba con un buen caché detrás de sí. Aún le quedaba mucho por demostrar, pero tenía la misión de coger las riendas del Swansea y prolongar las sensaciones que había dejado Britton durante los años anteriores. Y no porque Britton sea mayor (nacido en 1982), sino porque el Swansea necesitaba un recambio en el centro del campo, alguien que asegurara la posición y sobre todo supiera recoger el testigo y afianzarse en el equipo con liderazgo. Como se ha dicho anteriormente, las cualidades las tenía. Ki es técnico, muy técnico, con un buen rigor táctico y sobre todo un cumplidor. Un jugador que rara vez lo hace mal en un partido, porque ante todo realiza la labor que se le pide. Pero tras su llegada al Swansea, y jugar 29 partidos en su primera temporada donde tuvo un poco de tira y afloja en su adaptación, Laudrup prefirió prescindir de él en la temporada 2013/2014 y mandarle cedido al Sunderland. 

Y posiblemente en el Sunderland comenzó su mayor evolución desde que está en Inglaterra. El equipo comenzó con una situación mala con Di Canio. Demasiado mala para lo que se podía imaginar de la plantilla que había. Pero una vez llegó Poyet, dio las riendas del equipo a Ki y con este consiguieron remontar una situación que muchos daban por perdida (parecían perdidos en la última posición de la tabla con bastantes puntos de diferencia y consiguieron salvarse). Ki fue el mayor artífice de esta remontada, y después de seguir su temporada mis dudas crecieron acerca de por qué Laudrup prescindió de él esa temporada (posteriormente Laudrup sería cesado y al mando del equipo se pondría Monk). Ki fue uno de los mejores mediocentros de la temporada (aunque su equipo estuviera toda la campaña en un estado crítico), y supo organizar, defender y atacar en beneficio de su equipo y sus compañeros. Posiblemente por esa temporada Monk ni se pensó en traerle al Swansea lo antes posible sin dar opción a su salida.

Y con todo ello va como un tiro esta temporada. Tras evolucionar una barbaridad, se ha adaptado al Swansea de nuevo como una pieza de un puzzle a la imagen completa. Posiblemente Monk le trajo rápido porque sabía que la clave del nuevo Swansea estaba en Ki. Y es que Monk ha sabido quedarse con lo mejor que podía ofrecer el Swansea de mayores posesiones, e integrar a la vez un Swansea más incisivo y vertical según lo que pide el momento. Ki se está convirtiendo en el Leon Britton del nuevo Swansea, y cada día esto parece más claro. Organiza de manera tan simple que a veces parece pasar desapercibido. Defiende de tal manera que jugando como mediocentro no suele otorgar su espalda a los rivales. Y ataca de tal forma que pese a realizar la labor de un mediocentro a veces consigue pisar área y hacer algún que otro disparo que puede acabar en gol. Ki Sung Yueng es una delicia, como lo que suele dejar escapar Asia de su continente. Mientras las jornadas pasan, sigamos disfrutando de Ki.

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