viernes, 17 de junio de 2016

Inglaterra en Francia (II)

0


Con el empate de la primera jornada las dudas empezaban a asomarse en Inglaterra. El combinado inglés esta vez se tenía que enfrentar a la trabajada Gales de Chris Coleman y Gareth Bale. Roy Hodgson no tenía dudas, y partió con el mismo once que ante Rusia. Plena confianza para un equipo que durante 45 minutos jugó a un buen nivel pero que posteriormente se fue diluyendo. Esta vez el partido sería distinto, sobre todo con la amenaza de Bale constante y la entrada de Robson-Kanu para acompañarle y de Ledley para sostener el centro del campo.


Falta de fluidez e ideas

Ante el entramado defensivo que plantó Chris Coleman en el campo, Inglaterra sufrió muchísimo con el balón en los pies. Ante el equipo de Gales ofreciendo poco espacio y muchos apoyos, la salida de balón de Inglaterra se vio muy mermada. Rooney lo intentó y lo intentó, pero no fue del todo efectiva. No hubo ruptura de líneas con un pase, ni combinaciones que pusieran en peligro la portería de Hennesey. Inglaterra se vio empujada a volver a jugar por banda hacia sus laterales debido al poco apoyo para subir el balón. Esta vez la banda derecha, con Walker, fue la que más carga recibió a lo largo del primer tiempo, donde a veces Lallana y Dele Alli intentaron ayudar para plantar los ataques más arriba.

Aún así Inglaterra sufrió para subir el balón, y ello llevó a que el ritmo del partido fuera lento, con pocas ideas de ambos equipos y ataques poco claros. Gales guió el partido a través de la solidez que le caracteriza, y a partir de ahí intentar buscar alguna jugada aislada que les pudiera catapultar hacia la victoria. Aún así tanto Ramsey como Joe Allen estuvieron más espesos con el balón, empujados también por la falta de ayudas cuando tenían la posesión y enfocar el partido sobre todo a las ayudas en la defensa.



Jugadas a balón parado y juego aéreo como recurso

Ante la falta de ideas, Inglaterra solamente encontró respuesta a lo largo del primer tiempo en las jugadas a balón parado. En ese sentido consiguieron varias veces acercarse al gol. Pero estas jugadas no dejaron de ser algo puntual, debido a que la claridad de estas ocasiones venían dadas por los fallos que cometía Gales a la hora de defender a los jugadores ingleses. Aún así el gol no llegó al marcador, y solamente con estos balones y las subidas de Walker, que ofrecieron profundidad a la banda derecha de Inglaterra, fueron el recurso que más molestó al conjunto de Coleman. Pese a que no hubo fluidez en los ataques ni en las subidas por bandas, posiblemente Walker fue de lo más destacado del primer tiempo de Inglaterra. Aún así muestra falta de control con el balón, ya que en carrera es un recurso valiosísimo, pero con el balón en los pies no ofrece una gran solución a la hora de encarar a los defensores para buscar un pase o centro dentro del área.

Inglaterra se fue en el primer tiempo con el marcador en contra. Ya que aunque en defensa no sufrieron demasiado debido a que Gales apenas les inquietó, en la jugada que Robson-Kanu pudo aguantar un balón, sacó una falta alejada que transformó Bale en gol con la ayuda de Hart (que falló a la hora de parar el balón). Gales se iba al descanso con 0-1 a su favor.

Sturridge y Vardy como recurso

Al descanso Roy Hodgson se dio cuenta que algo no funcionaba en el once. Sterling y Harry Kane parecen no estar del todo acertados. Y aunque en algunas ocasiones lo intentan, no tienen la frescura suficiente para ofrecer a su selección un contexto favorable que puedan aprovechar sus compañeros en el campo. Debido a esto Hodgson dio entrada por estos dos al descanso a Sturridge y Vardy. Cada uno con un rol, Vardy el de estar en el área para que el balón que le cayera en los pies fuera gol (y así hizo). El delantero del Leicester ha marcado esta temporada 23 de sus 24 goles dentro del área. Y tras el descanso hasta el minuto 67 la selección inglesa consiguió mostrar su mejor nivel. Si Vardy sondeaba el área, Sturridge fue la movilidad personificada. En cada ataque partía desde la derecha, pero no se centraba en quedarse ahí.

Con Sturridge sobre todo el juego de Inglaterra fue a más. Durante 20 minutos más o menos Inglaterra tuvo mayor fluidez con la pelota. Consiguieron buscar ambas bandas en los ataques (con Walker y Rose, que estuvo en la primera parte inoperante, subiendo como siempre). Además Rooney se volvió más protagonista y no solo dio mayor ritmo a la salida de balón, sino que fue un apoyo en tres cuartos de campo. Pero Sturridge fue quien conducía los ataques de Inglaterra, y una vez el marcador estuvo en tablas y el partido volvió a ver como bajaba el ritmo, el delantero del Liverpool se ofreció siempre como una vía de pase para llegar a la portería galesa. Y gracias a sus ganas y sus constantes intentos, Gales acabó reculando demasiado en defensa, y en el minuto 91 Inglaterra consiguió marcar el gol que daba la vuelta al marcador. Los de Roy Hodgson ganaban 2-1.


El momento del partido lo dejó Marcus Rashford. En el minuto 73 Roy Hodgson le dio entrada por Lallana y se convirtió en el jugador más joven en debutar en la Eurocopa con Inglaterra (con 18 años y 228 días superaba la marca de Rooney por 4 días [dato vía @OptaJoe). Sus minutos no fueron malos. Cayendo a la banda izquierda intentó varias veces superar a sus rivales de forma individual. Sus minutos fueron en la línea de su temporada en el Manchester United: no le tiene miedo a ningún contexto.

0 comentarios:

Publicar un comentario