Fotografía: express.co.uk |
Inglaterra viene adoleciendo desde hace tiempo el cubrir su centro del campo con jugadores que tengan peso dentro del equipo y consigan ser igual de relevantes que el resto de piezas que conforman los onces. Gerrard fue uno de los últimos intentos por hacer crecer la zona del mediocentro, y otorgar ciertas posibilidades a una posición que más que huérfana se encontraba en cierta manera deshabitada. No funciono, y la exigencia imposibilitaba mirar al futuro con el ex-jugador del Liverpoo. Sin embargo, tras él, la reconversión de Henderson seguramente es lo que empuja a Southgate a tener cierta esperanza en la salida de balón inglesa, ya que pese a no ser un gran elemento en este aspecto, el futbolista del Liverpool si es un jugador con dotes para poder intentar ser un organizador, o al menos acercarse a ello para su selección.
Pero lo cierto es que una pieza así se aleja en cierta manera de ello. Y como no solamente el rol que pueda tener Henderson va a dotar a Inglaterra de una mejor salida de balón, o va a mejorarla de tal forma que el salto sería grande, el contexto que se ofrece en el centro del campo inglés no permite mejorar eso con futbolistas que puedan ayudar en cierta manera a contemporizar un partido, sacar el balón con comodidad o dominar a través de la pelota. Henderson es un parche que puede servir como pivote o cerca de el, pero lo que rodea el centro del campo de Inglaterra no se acerca a tener ciertos tipos de posesiones de calidad, sino de tratar exprimir todo lo demás.
Southgate, más que buscar insistentemente las piezas necesarias que hagan que su selección tenga más y mejor el balón, ha tratado de encontrar soluciones que le permitan abrir otros caminos. "Obviando" que no hay nada en Inglaterra que mejore en gran medida lo que lleva al Mundial, se ha amoldado a un sistema y unos futbolistas que pueden ofrecer otras cosas para potenciar la defensa y el ataque. Es por esto que posiblemente jugadores como Wilshere o Shelvey, que habrían otorgado de una mayor calidad a la posesión, se han quedado sin convocar. Y con algunos de estos nombres de lado, ha primado el papel ofensivo y defensivo de su combinado para tener más posibilidades. Ha convertido, por decirlo de alguna manera, al centro del campo en un puente de cara a los objetivos que tiene al atacar y al defender.
A falta de conocer al 100% el XI de Southgate de cara al debut de Inglaterra, el centro del campo inglés estará compuesto de futbolistas que tengan un rol bastante marcado de cara a lo que tengan que hacer a lo largo de los partidos. Es por ello que hay cuatro nombres que más o menos parecen fijos, y dos de ellos seguros: Henderson, Dele Alli, Dier y Lingard. Los dos últimos serán los que ocupen un tercer puesto que ofrece dos alternativas distintas y varía un poco el centro del campo inglés. Por una parte, Dier es ese pivote que Southgate ha utilizado siempre. No es que sea un jugador con un gran desplazamiento de balón, pero su titularidad ofrecería a la selección el repartir tareas. De esa forma, Inglaterra tendría a Henderson para ayudar a sacar la pelota pese a que pudiera jugar más adelantado (a priori), o incluso dependiendo de la defensa o el ataque podrían tener un distinto posicionamiento para intervenir. De serlo Lingard, Inglaterra tendrá una imagen más vertical aún, ya que teniendo "solo" al jugador del Liverpool en el centro del campo la clave será lo rápido que llegue el balón al ataque.
En ambos casos, la selección inglesa tendrá que convivir con la falta de calidad en la salida de balón, y aprovechar todo lo que puedan generar esos dos centrocampsitas que estén adelantados para ayudar a los delanteros. Ante ello, las mayores posibilidades del combinado británico pasan por los movimientos que haya a partir de tres cuartos de campo, y sobre todo las intervenciones que tengan los jugadores. Así, las recepciones de los futbolistas y el cómo combinen posteriormente tendrá una gran importancia de cara a conseguir crear peligro. A Inglaterra le falta seguramente un poco de constancia o regularidad para intervenir bien, ya que aunque hay intercambio de posiciones y movilidad, no siempre aprovecha bien todo lo que puede generar cerca de la portería rival. Toda esa falta de calidad para filtrar pases o mantener la posesión, la tiene que plasmar Inglaterra en un juego más vertical con la libertad que ofrece Southgate al ataque.
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