El futuro de Inglaterra en Rusia seguramente dependerá en parte del papel que puedan tener los revulsivos que tiene Southgate dentro de la plantilla. Y es que el combinado inglés se presenta en el Mundial con un banquillo donde habrá muchas opciones de cara a lo que se pueda ofrecer en ataque. Una plantilla que algo lejos de la presión de hace años, tiene ante sí la posibilidad de mostrar una buena imagen, e incluso los que no sean titulares pueden tener un papel relevante dentro de lo que pueda suceder en los partidos. Es por eso que pese a partir como actores secundarios, más de uno podría acabar siendo protagonista
Nombre por nombre para atacar
Marcus Rashford: seguramente ese futbolista que ocupe el lugar más importante dentro de los secundarios. A Southgate le ofrece una posibilidad en ataque de cara al sistema que utiliza, pero todos los problemas que puede resolver el joven jugador del Manchester United se ponen en manifiesto. Rashford es un futbolista que ha demostrado tener una gran capacidad para moverse. Jugando en su club la mayoría de veces como jugador de banda, como teórico punta ofrece la posibilidad de tener presencia tanto en el juego interior como sobre todo movimiento sobre las bandas. Y es que busca tener contacto con el balón, y en el uno contra uno puede llegar a ser demoledor.
Jesse Lingard: a la espera de su posible titularidad (ha sido uno de los futbolistas fijo para el seleccionador siempre), es uno de los "centrocampistas" que seguramente tendrán repercusión en el equipo. Su capacidad para jugar por tres cuartos de campo dan importancia a todo lo que pueda aportar saliendo desde el banquillo. No es un futbolista excelente, pero si trabaja, interviene, se mueve y tiene ciertos momentos de lucidez donde puede hacer mucho daño a los rivales. Uno de los jugadores que pueden otorgar más pegada a la selección.
Loftus-Cheek: puede convertirse en una de las "sorpresas" de Inglaterra de cara al Mundial. Su mejor posición es la de interior, pero durante la temporada en el Crystal Palace se ha movido mucho entre las bandas y la mediapunta. Jugador con un gran físico, pero que lejos de ello no impiden que sea bueno técnicamente y capaz de asociarse en el centro del campo o más arriba. Puede ir ganando peso con el paso de los partidos y ofrecer a su seleccionador ciertas respuestas de cara a tener algo diferente cerca del centro del campo.
Fabian Delph: su temporada en el Manchester City no ha pasado desapercibida, y lejos de poder posicionarse como uno de los laterales izquierdos suplentes de la selección, parece que Southgate le tiene presente para el centro del campo. Bueno en lo asociativo, y sobre todo capaz de aprovechar bien los espacios que puede dejar el rival para subir hacia arriba. En el Aston Villa mostró una imagen como interior con conducción y cierta llegada, escorándose a la banda izquierda. En el Manchester City ha mostrado cierto poso a la hora de correr y también de intervenir.
Jamie Vardy: un delantero para morder a la defensa rival. Rompe un poco con algunas cosas de las que lleva Inglaterra en ataque, ya que es un futbolista muy guiado a ir a los desmarques de ruptura y pelearse con las defensas rivales. Puede ser un buen revulsivo de cara a que los centrales rivales tengan que estar pendientes de un jugador mientras los demás atacantes intentan gestar las jugadas. Además, con el paso del tiempo ha ganado mucha facilidad para el remate, lo cual es bueno para su selección teniendo en cuenta que a veces les cuesta disparar.
Danny Welbeck: seguramente no sea de las primeras opciones de su seleccionador, pero su buen final de campaña vislumbran que es capaz de aportar en cualquier tipo de situaciones. A Welbeck le empuja más la cabeza que sus piernas para hacer las jugadas. Es un futbolista mejor que lo que sus acciones acaban reflejando muchas veces, y suele comprender bien qué hacer en distintos contextos. En el ataque posiblemente no sea ese jugador que acabe definiendo, pero si el punto intermedio para conseguir llegar al mejor delantero.
Inglaterra tiene en su banquillo posibilidades, casi todas distintas. Eso sí, es una selección marcada por la verticalidad, o al menos ese juego que intenta llegar a la zona de tres cuartos de campo para que a partir de ahí se geste todo lo que pueda otorgarles posibilidades de cara a crear ocasiones de peligro. Southgate tiene en su mano el poder cambiar el devenir de los partidos si no ve lo que le gusta. El plan establecido será el mismo seguramente, pero estos actores desde el banquillo pueden introducir cosas que otorguen una mayor comodidad al camino.
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