jueves, 27 de abril de 2017

Un empate con dos caras

0


En Manchester se paraba el mundo para que Manchester City y Manchester United disputaran el partido correspondiente a la jornada 33. Ambos equipos empatados a puntos, ambos equipos con la necesidad de entrar en UCL la próxima temporada, y ambos con alguna baja delicada que apagaba un poco el partido pese a a importancia que tenía. Y lejos de dejar un gran escenario, el partido fue lento, previsible y con dos equipos que se vieron atascados ya sea por el respeto de un entrenador hacia otro, o por la falta de propuesta. Los de Guardiola tuvieron el balón y ocasiones, pero nunca se vio con claridad el camino. Por su parte los de Mourinho centraron sus esfuerzos en no perder el partido. Al final, un 0-0 que no contenta a nadie.


Marcus Rashford como argumento

Mourinho salió al Etihad con un sistema de 4-3-3 en el que comenzaba con Mkhitaryan como punta del equipo, llevando a Rashford a la banda derecha y Martial a la izquierda. No obstante, guiando su juego a la capacidad de contragolpe, varió rápidamente la posición de los dos primeros y colocó a Rashford como delantero y Mkhitaryan en la banda derecha. A partir de este cambio el Manchester United comenzó a obtener un mejor resultado. No es que el equipo de Mourinho buscara tener el balón, pero en su propuesta por salir rápido a los espacios, el joven jugador inglés generalmente buscó caer sobre el sector derecho del campo para emparejarse con Otamendi. En este emparejamiento, el inglés salió victorioso en más de una ocasión corriendo al espacios, y conociendo la dificultad del argentino de correr hacia atrás, el Manchester United sacó rédito de las jugadas que podía llegar arriba.

Cabe mencionar que además de buscar a Rashford en largo, el Manchester United trató también de guiar su salida de balón a Fellaini y Martial. Con el primero trataban de, adelantando el belga su posición como centrocampista, luchara envíos aéreos para una vez estar más arriba iniciar los ataques. Con el francés el Manchester United buscó conducciones y capacidad de desborde en el uno contra uno. Pese a ello, los jugadores nunca consiguieron encontrarse de tal forma que hubiera combinaciones que complicaran la vida a su rival, y lejos del gran primer tiempo de Rashford atacando a Otamendi y tratando de ser el jugador con más peso de su equipo, el Manchester City no sufrió más de la cuenta.


Agüero ante la falta de Silva

Cada vez que Silva falta en un partido del Manchester City el equipo lo nota sobremanera. Sin el español la fluidez en el juego baja revoluciones, pero sobre todo falla ese apoyo que está en todas partes y que arma prácticamente siempre las jugadas de su equipo. Sin él en esta ocasión el Manchester City aquejó la falta de un futbolista que ocupara los trescuartos de campo de forma eficiente y diera un ritmo más al partido cuando se iba llegando a los últimos metros. Es por ello que sin este, Yaya Touré y Fernandinho no tuvieron un pase claro por delante, lo que llevaba a guiar el juego a las bandas constantemente o conducir.

Pero lejos de este contexto, el partido de Agüero supuso un punto importante para su equipo. El argentino se puso el mono de jugador importante y fue el más fiable sobre el campo. Su partido no se centró solamente en ser relevante en los últimos metros, sino que se movió muchísimo sobre el campo rival. Dada la poca continuidad de De Bruyne entrando en contacto con el balón, y apareciendo en el carril central, Agüero trató de utilizar su juego de espaldas y la orientación una vez recibía el balón para sacar rédito de los ataques. Retrasó su posición en varias ocasiones para arrancar combinaciones desde más lejos, no rehuyó de ofrecer una vía de pase, y peleó bastante con Bailly y Blind cerca del área del Manchester United. Su partido fue completo, puesto que aunque su equipo notó la falta de un jugador que diera claridad y rapidez al ataque, consiguió generar una gran cantidad de ocasiones y realizó acciones que dieron la posibilidad a sus compañeros de marcar gol. Realizó 8 disparos, y el partido acabó siendo 0-0. El gran pero fue ese, lo negado que estuvo de cara a portería en parte por un buen De Gea.

Kompany asegurando

No es que fuera uno de los mejores del partido, pero la vuelta de Kompany ha significado algo para el Manchester City. No es respecto al juego, pero el belga ha vuelto de su lesión de gran forma. Ha conseguido que con él su equipo haya ganado en seguridad defensiva, y sobre todo se ha conseguido que vuelva a haber un "líder" atrás que consiga dar un poso de tranquilidad cuando hay que defender. Es por esto que aunque en algún momento al Manchester City se le complicó controlar el partido, donde el Manchester United trató de atacar a través de la velocidad y verticalidad, el belga estuvo para ofrecer confianza y conseguir que su equipo no encajara.

No tuvo un trabajo muy exigido a lo largo del partido, pero cuando le tocó actuar siempre resolvió bien las situaciones. Aunque las comparaciones son odiosas, por ejemplo cuando a Rashford le tocó emparejarse con él, el belga supo como contrarrestar sus puntos fuertes (no dejando que se diera la vuelta, haciendo que sus desmarques acabaran en fueras de juego...). Respecto a Otamendi estuvo bastante mejor, ya que aunque también le tocó bailar en alguna ocasión con Martial siempre supo parar a los rivales.


Una respuesta sustentada en cuatro nombres

Los segundos cuarentaicinco minutos del Manchester United cambiaron totalmente el devenir del partido. Los de Mourinho no dieron lugar a que pudiera convertirse el encuentro en un ida y vuelta, y a través de la defensa trataron de contrarrestar cualquier tipo de ofensiva del Manchester City. Y en cierta manera lo consiguieron, ya que los de Guardiola comenzaron el segundo tiempo con ánimo de llevarse el partido, y aunque tuvieron ocasiones hasta el final del partido para marcar, si se fue notando el desgaste que suponía atacar al Manchester United. Los de Mourinho retrasaron su defensa y juntaron líneas, ofreciendo poco espacio a los atacantes. Además, en cierta manera invitaban al Manchester City a guiar el juego a las bandas para buscar balones aéreos (donde eran superiores), o hacían que las posibilidades que podían encontrar siempre fueran incómodas.

Y en el rendimiento defensivo, lo más destacable estuvo a través de 4 nombres: en defensa Bailly y Blind no dejaron opción a segundas jugadas. Si bien es cierto que de vez en cuando De Gea tenía que realizar alguna parada, los dos centrales apenas otorgaron posibilidad de ganar acciones dentro del área. Despejaron cualquier balón que se les puso por delante, incomodaron a los jugadores que se emparejaban con ellos y trataron de hacer fácil todo. Por delante de ellos, Carrick y Ander Herrera mostraron la importancia que tienen en el centro del campo del Manchester United. Casi sin posibilidad para atacar (todo acababa en balones largos que se rifaban más que otra cosa), en defensa fueron precisos a la hora de cortar cualquier balón, además de ofrecer siempre una ayuda para que su equipo no tuviera situaciones desfavorables. 

En el segundo tiempo el ritmo del partido bajó mucho, el Manchester United se defendió y el Manchester City trató por empuje buscar algo que poco a poco les fue desgastando. Y en ese juego de desgaste, a través de estos cuatro jugadores, el Manchester United nunca perdió la concentración para trata que cada ataque de su rival fuera lo menos peligroso posible.

0 comentarios:

Publicar un comentario