Hace tiempo que parece que el rendimiento del Arsenal en el terreno de juego va ligado al rendimiento que tiene Ramsey sobre este a lo largo de u partido. Si Ramsey juega bien, el equipo juega bien, y si Ramsey pasa inadvertido y no encuentra su sitio, el equipo tampoco consigue alzar cabeza y no juega del todo bien. Y es que el peso que ha adquirido el jugador galés en el equipo y juego de este es escandaloso. Tanto que podríamos decir que desde la pasada temporada es el mejor jugador del Arsenal y el que más influencia tiene en cada encuentro. La evolución de Ramsey ha supuesto que su intervención a lo largo de los 90' pueda ser vital para el resultado final.
Y el juego del Arsenal va ligado al estado de forma de Ramsey y a su implicación, también va de la mano de la confianza que se ha depositado en él. Con la lesión del jugador gunner se abrió una brecha entre los que creían que no se recuperaría del todo (la mayoría) y entre los que pensaban que conseguiría convertirse en lo que apuntaba (una gran minoría). Y entre los del segundo grupo se encontraba Wenger, que sin él posiblemente no estaríamos viendo lo importante que es este chico en el club de Londres. La paciencia que tuvo el entrenador francés con él fue un aspecto clave en su desarrollo tras la lesión. Las criticas en un principio fueron muy duras, casi desmesuradas a su alrededor, pero el tiempo ha acabado dando la razón de que podía recuperarse. Quedan pocas dudas sobre Ramsey, ya que partido tras partido demuestra que pese a su juventud se ha convertido en uno de los pesos pesados del equipo.
Es tal lo que se lleva viviendo en el norte de Londres desde la temporada pasada, que Ramsey se ha convertido en una pieza clave incluso en los goles del equipo. Si no interviene en la jugada dando algún pase importante quiere decir que los marca. Y además de esto, se ha convertido en un jugador importante a la hora de atacar y defender (aunque en este segundo aspecto tenga que mejorar aún). Con la mutación que ha sufrido (se pensaba que sería un mediapunta), su papel se ha convertido en la de un centrocampista casi box-to-box que aún no ha alcanzado su techo. Es por esto que es el jugador más importante de la plantilla, por esto y porque aparece cuando su equipo le necesita. La libertad que le ha otorgado Arsène Wenger en cada partido reflejan la confianza que hay depositada en él tanto en el presente como en el futuro.
Y es que la libertad que tenga en un partido va ligada a la importancia que pueda adquirir a lo largo de un encuentro. Se ha convertido en un elemento fundamental, y a mayor libertad, mayor crecimiento tiene con el paso de los minutos. Y como hemos dicho, si crece él, tiene pinta de que crece el Arsenal, por lo que todos ganan. Eso sí, no todo depende de él para que el equipo muestre una buena imagen. Un equipo nunca dependerá de un solo jugador para hacer un buen partido, pero si da la sensación de que si él juega bien, el equipo juega bien. De momento es un sentimiento que revolotea cada vez que juega el Arsenal un partido, ya que parece que con el internacional galés las cosas son más fáciles. Teniendo en cuenta que además decide partidos con goles, no puede pasar inadvertido nunca. Consiguió marcar un gol que rompía una sequía de títulos ante el Hull City en la final de la FA Cup, ante el Crystal Palace en la primera jornada marcó en el añadido el gol de la victoria, y esta jornada ante el Everton marcó el primer gol para que su equipo consiguiera empatar un partido complicado. En esta nueva temporada de momento la imagen ha sido más gris, pero la importancia ha seguido patente. Podemos decir que Ramsey ya no solo aporta juego, si no que es decisivo de cara a portería.
En el Arsenal parece que se ha instaurado la "Ley Ramsey", que no es ni más ni menos que hacer y deshacer muchas veces a su antojo. Cada jornada crece más en lo futbolístico y en lo mental, y es que Ramsey madura a pasos agigantados, tanto en lo individual como en lo colectivo. Las claves para que haya ocurrido esto son la confianza y la paciencia. Hoy en día en el Arsenal recogen los frutos de una espera que no siempre fue fácil, y Ramsey...también.
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