sábado, 12 de agosto de 2017

Un inicio vibrante

0

Fotografía: arsenal.com
El Emirates Stadium abría las puertas para dar la bienvenida a la Premier League 2017/2018, y más especialmente a la temporada del Arsenal. En frente el Leicester de Shakespeare llegaba como visitante para hincar el diente a su rival. Wenger partía con su más que reconocible y asentado ya 3-4-2-1, donde el trío de la defensa contaba con dos de sus laterales izquierdos (Monreal y Kolasinac), todo bajo el foco del debut oficial de Lacazette. Por su parte el Leicester iba con una alineación que no varía pese a que pase el tiempo, un 4-4-2 que instauró Ranieri y que seguramente seguirá durante mucho tiempo en el club.


El Arsenal comenzó el partido de forma impetuosa, intentando demostrar que jugaba en casa y que quería llevarse los tres puntos, de esta forma prácticamente con el primer balón que llegó al área del Leicester, Lacazette se estrenó con un cabezazo. Pese a esta alegría inicial, el Leicester no tardó en empatar tras un saque de esquina. Durante los primeros minutos los de Wenger mantuvieron la compostura, y junto a la posesión, trataron de conseguir llegar a la portería de Schmeichel. No obstante no se acomodaban con facilidad arriba, y aunque utilizaban a sus carrileros para poder ganar metros, cuando el balón llegaba a Lacazette (que se movió muy bien) el francés quedaba algo ahogado rodeado de jugadores vestidos de azul. No obstante sus balones de cara siempre ofrecían una alternativa ya que posteriormente suponían un desmarque hacia el área. Con Xhaka moviendo el balón, poco a poco el equipo de Shakespeare se fue acomodando y acabó por hacerse con el control del partido.

Fotografía: lcfc.com

El Leicester comenzó a presionar la salida de balón del Arsenal, y ahí frente a la dificultad los locales sucumbieron. Las pérdidas de balón, en su propio campo, supusieron que el Leicester se plantara con más rapidez arriba, y a su vez generara que los jugadores del Arsenal estuvieran mal colocados. Gracias a esto una pérdida de balón ocasionó que Albrighton recuperara una pelota, y tras un gran centro a media altura hacia Vardy, el balón acabó dentro de la portería del Arsenal. El delantero inglés es el que mejor supo atacar a su rival junto a Okazaki (que estuvo muy acertado a la hora de recepcionar en el carril central). Vardy trató de atacar siempre el costado izquierdo (banda derecha del Arsenal). Aprovechando que Bellerín es un lateral bastante ofensivo, tiraba desmarques hacia la banda para sacar de posición a Holding, que no tuvo su mejor noche y sufrió mucho (como prácticamente toda la defensa del Arsenal). Con un mejor Leicester, finalmente en el último suspiro del primer tiempo el Arsenal consiguió empatar con gol de Welbeck.

En el segundo tiempo el Leicester volvió a salir mucho más metido en el partido que el Arsenal. Siguieron presionando la salida de balón, encimando bien a los receptores del Arsenal (que se encontraban generalmente muy distanciados los unos de los otros), y en ese contexto siguieron haciendo daño. Con Vardy además desgastando a la defensa rival (y Mahrez en alguna ocasión también), el Leicester consiguió poner el 2-3 en el marcador. Con ese resultado, y a falta de jugarse aún gran parte de los segundos 45', los de Shakespeare dieron un paso atrás. Aún así siguieron ganando en los duelos individuales, y frente a la falta de colocación del Arsenal (Kolasinac con tendencia ofensiva y Holding-Monreal guardando mal su espalda frente a Vardy), el Leicester tuvo algún balón largo que pudo asustar al Arsenal. Con su equipo peor, Wenger intentó recomponer a sus jugadores introduciendo a Giroud y Ramsey. Con ellos dentro, el equipo cambió el sistema a un 4-2-3-1, donde Bellerín se puso como lateral izquierdo y Oxlade-Chamberlain como lateral derecho (ninguno de los jugadores de la defensa estaba jugando en su posición. Con esto, el Arsenal comenzó a igualar fuerzas, y aunque le siguió costando subir el balón, si consiguió encontrar más espacios en los desmarques. Lacazette siguió incordiando muy bien a los defensas del Leicester, y el Arsenal comenzó a cargar con más jugadores el área rival. Gracias a esto llegó el empate, tras una gran asistencia de Xhaka hacia Ramsey, donde el galés controló el balón de maravilla y empató el partido. Con el Leicester muy atrás, notándose que el partido se les estaba haciendo largo, el Arsenal aprovechó la inercia y en un córner poco después de empatar el partido puso el 4-3 con un gran remate de cabeza de Giroud. Desde ese momento hasta el final del partido poco ocurrió, y el Arsenal, en una forma muy suya de llevarse los tres puntos, dio el pistoletazo de salida a una Premier League que no podía comenzar más vibrante.

0 comentarios:

Publicar un comentario